Padre nuestro del cielo,

He ahí la palabra válida. He aquí la buena nueva:

“Dios es Padre, Padre de la humanidad”.

Proclámese ese nombre tuyo.

Que se repita de monte en monte, de raza en raza,

de pueblo a pueblo, de viejos a niños:

“El nombre de Dios es Padre, bendito sea”.

Llegue tu reinado.

En el que no hay siervos. Sólo hermanos y amigos.

Y el que quiera ser maestro

que lave los pies de los que vienen cansados.

Realícese en la tierra tu designio.

El puente entre el cielo y la tierra es la palabra Padre.

Hijos del Padre, ese es el designio.

Danos hoy el pan de cada dia.

Una mesa, una hogaza, una jarra de vino.

Sólo queda el amor del Padre y del hermano.

Perdona nuestras ofensas,

Rompe
la
cadena del miedo que arrastramos.

Perdonamos a nuestros hermanos.

No queremos que nadie nos tema.

No nos dejes caer en la tentación

No queremos volver a los becerros de oro.

No queremos volver a la Ley que nos salve.

Y líbranos del mal.

Porque somos libres y caminantes.

Luis Alemán Mur