Mira, Dios, por encima de tanta pregunta, creo que eres nuestro Padre, a pesar de tanto desastre, a pesar de tanta injusticia, a pesar de tu silencio. Sin esa fe no soy nada.

Me cansaron de Ti. Pero han perdido. Te encontraba en todos los caminos. Todas las esquinas de mi vida guardan un recuerdo tuyo. Te descubro en los ojos de los que se cruzan por mi acera.

Ya me he acostumbrado a Ti. No sería capaz de entender el mundo ni la historia sin Ti. No se qué es vida, ni alegría, ni paz si no te nombro a Ti. No me preocupa el presente ni la eternidad.

Se que eres, se que existes, se que estás ahí aunque no sepa dónde es el “ahí”. Se que nos amas.

Eres un Dios difícil. Incomprensible. A veces imposible. No te comprendo. Pero no pretendo comprenderte. Simplemente: creo en Ti. Me fío de Ti.

Hasta pronto, mi Dios.

Luis Alemán Mur