VII TIEMPO ORDINARIO

Mateo 5,38-48

Habéis oído que se dijo: “Ojo por ojo, diente por diente.” Yo, en cambio, os digo: No hagáis frente al que os agravia.

Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también la capa; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehúyas.

Habéis oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo” y aborrecerás a tu enemigo. Yo, en cambio, os digo: Amad a vuestros enemigos, y rezad por los que os persiguen.

Así seréis hijos de vuestro Padre que está en el cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.

Habéis oído que se dijo: “Ojo por ojo, diente por diente.” Yo, en cambio, os digo: No hagáis frente al que os agravia. Ex, 21,24 Lv 24,20 Dt 19,21.: “ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida, cardenal por cardenal” Esto es el código de la Antigua Alianza. Fue como un primer paso para humanizar la barbarie del animal hombre. Barbarie que aún vemos en el siglo XX y siglo XXI en cualquier guerra cuando se diezma o se arrasa a todo un pueblo por simple venganza.

Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también la capa; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehúyas. Jesús prepara la Nueva Alianza, sellada sin sangre sino con un trago de vino y sin carneros sino comulgando con su vida. El no presentará un código de leyes sino su forma de vivir, aunque le cueste la vida. A esa forma de actuar le llamaran los creyentes “comulgar con Jesús”. A eso le llamó Jesús en la última cena, su Nueva Alianza.

Habéis oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo” y aborrecerás a tu enemigo. Yo, en cambio, os digo: Amad a vuestros enemigos, y rezad por los que os persiguen. Sobre la venganza: Prov. 20,22; Eclo. 27,30-28,7; Mt 5,39s; Rom 12,17. “Como a ti mismo” es una frase ancha, abierta. Puede significar que no se trata de puro sentimiento y menos sentimentalismo; parece inculcar el respeto al otro, tan persona como uno mismo; inculca la solidaridad radical que ve en el otro algo propio, como en Is 58 ,7 “no cerrarte a tu propia carne”. Luis Alonso Schökel.

Así seréis hijos de vuestro Padre que está en el cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos. “Hijos de vuestro Padre que está en el cielo”. El proyecto de Jesús para los hombres puede asombrar a santos y pecadores. Un proyecto que termina en los brazos de un mismo Padre. Imposible de alcanzar. Sin embargo esta Nueva Alianza, este proyecto es posible si nos abrimos a los demás, si perdonamos, si nos aguantamos.

Luis Alemán Mur

UNA LLAMADA ESCANDALOSA

La llamada al amor es siempre seductora. Seguramente, muchos acogían con agrado la llamada de Jesús a amar a Dios y al prójimo. Era la mejor síntesis de la Ley. Pero lo que no podían imaginar es que un día les hablara de amar a los enemigos.

Sin embargo, Jesús lo hizo. Sin respaldo alguno de la tradición bíblica, distanciándose de los salmos de venganza que alimentaban la oración de su pueblo, enfrentándose al clima general de odio que se respiraba en su entorno, proclamó con claridad absoluta su llamada: “Yo, en cambio, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os aborrecen y rezad por los que os calumnian”.

Su lenguaje es escandaloso y sorprendente, pero totalmente coherente con su experiencia de Dios. El Padre no es violento: ama incluso a sus enemigos, no busca la destrucción de nadie. Su grandeza no consiste en vengarse sino en amar incondicionalmente a todos. Quien se sienta hijo de ese Dios, no introducirá en el mundo odio ni destrucción de nadie.

El amor al enemigo no es una enseñanza secundaria de Jesús, dirigida a personas llamadas a una perfección heroica. Su llamada quiere introducir en la historia una actitud nueva ante el enemigo porque quiere eliminar en el mundo el odio y la violencia destructora. Quien se parezca a Dios no alimentará el odio contra nadie, buscará el bien de todos incluso de sus enemigos.

Cuando Jesús habla del amor al enemigo, no está pidiendo que alimentemos en nosotros sentimientos de afecto, simpatía o cariño hacia quien nos hace mal. El enemigo sigue siendo alguien del que podemos esperar daño, y difícilmente pueden cambiar los sentimientos de nuestro corazón.

Amar al enemigo significa, antes que nada, no hacerle mal, no buscar ni desear hacerle daño. No hemos de extrañarnos si no sentimos amor alguno hacia él. Es natural que nos sintamos heridos o humillados. Nos hemos de preocupar cuando seguimos alimentando el odio y la sed de venganza.

Pero no se trata solo de no hacerle mal. Podemos dar más pasos hasta estar incluso dispuestos a hacerle el bien si lo encontramos necesitado. No hemos de olvidar que somos más humanos cuando perdonamos que cuando nos vengamos alegrándonos de su desgracia.

El perdón sincero al enemigo no es fácil. En algunas circunstancias a la persona se le puede hacer en aquel momento prácticamente imposible liberarse del rechazo, el odio o la sed de venganza. No hemos de juzgar a nadie desde fuera. Solo Dios nos comprende y perdona de manera incondicional, incluso cuando no somos capaces de perdonar.

Red evangelizadora BUENAS NOTICIAS 23 de febrero de 2014
Construye un mundo más fraterno y amable. 7 Tiempo ordinario (A)
Pásalo. Mateo 5, 38-48

UNA CRIDA ESCANDALOSA

La crida a l’amor és sempre seductora. Segurament, moltes persones acollien de bon grat la crida de Jesús a estimar Déu i el proïsme. Era la millor síntesi de la Llei. Però el que no es podien imaginar és que un dia els parlés d’estimar els enemics.

No obstant això, Jesús ho va fer. Sense cap suport de la tradició bíblica, distanciant-se dels salms de venjança que alimentaven l’oració del seu poble, enfrontant-se al clima general d’odi que es respirava en el seu entorn, va proclamar amb claredat absoluta la seva crida: “Doncs jo us dic: Estimeu els vostres enemics, pregueu pels qui us persegueixen”.

El seu llenguatge és escandalós i sorprenent, però totalment coherent amb la seva experiència de Déu. El Pare no és violent: estima fins i tot els seus enemics, no busca la destrucció de ningú. La seva grandesa no consisteix a venjar-se sinó a estimar incondicionalment a tothom. Qui se senti fill d’aquest Déu, no introduirà al món odi ni destrucció de ningú.

L’amor a l’enemic no és un ensenyament secundari de Jesús, adreçat a persones cridades a una perfecció heroica. La seva crida vol introduir en la història una actitud nova davant l’enemic perquè vol eliminar al món l’odi i la violència destructora. Qui s’assembli a Déu no alimentarà l’odi contra ningú, cercarà el bé de tots fins i tot dels seus enemics.

Quan Jesús parla de l’amor a l’enemic, no està demanant que alimentem en nosaltres sentiments d’afecte, simpatia o estimació cap a qui ens fa mal. L’enemic continua essent algú del que podem esperar mal, i difícilment poden canviar els sentiments del nostre cor.

Estimar l’enemic vol dir, primer de tot, no fer mal, no buscar ni desitjar fer-li mal. No hem d’estranyar-nos si no sentim cap mena d’amor envers ell. És natural que ens sentim ferits o humiliats. Ens hem de preocupar quan continuem alimentant l’odi i la set de venjança.

Però no es tracta només de no fer-li mal. Podem donar més passos fins a estar fins i tot disposats a fer-li el bé si el trobem necessitat. No hem d’oblidar que som més humans quan perdonem que quan ens vengem alegrant-nos de la seva desgràcia.

El perdó sincer a l’enemic no és fàcil. En algunes circumstàncies a la persona se li pot fer en aquell moment pràcticament impossible alliberar-se del rebuig, l’odi o la set de venjança. No hem de jutjar ningú des de fora. Només Déu ens comprèn i perdona de manera incondicional, fins i tot quan no som capaços de perdonar.

Xarxa evangelitzadora BONES NOTÍCIES 23 de febrer de 2014
Construeix un món més fratern i més amable. Diumenge VII durant l’any (A)
Passa-ho! Mateu 5, 38-48

DEI ESKANDALAGARRI BAT

Maitasunerako deia liluragarria izan ohi da beti. Segur aski, jende askok onartu zuen Jainkoa eta lagun hurkoa maitatzeko Jesusek egindako deia. Legearen sintesirik hobena zen dei hura. Baina imajina ez zutena izan zen, behin batean arerio edo etsaiak maitatzeko eskatuko ziela.

Alabaina, horixe eskatu zien Jesusek. Bibliako tradizioaren inolako sostengurik gabe, bere herriaren otoitza elikatzen zuten mendekuzko salmoetatik urrunduz, bere ingurunean arnasten zen gorrotozko giro orokorrari aurre egunez, ezin argiago hots egin zuen Jesusek dei hau: «Nik, ordea, hau diotsuet: Maitatu zeuen etsaiak, egin on gaitzesten zaituztenei eta otoitz egin izen txarra jartzen dizuetenei».

Eskandalagarria da Jesusen hizkuntza, eta harrigarria; baina bat dator Jainkoaz berak duen esperientziarekin. Aita ez da gogorra: maite ditu bere etsaiak berak ere, ez dabil inor nola galduko. Bere handitasun ez du jartzen mendekuan, baizik guztiak baldintzarik gabe maitatzean. Jainko horren seme edo alaba dela uste duenak, ez du munduan gorrotorik ereingo, ezta ere inor suntsituko.

Etsaia maitatzea ez da Jesusentzat bigarren mailako bat, ez da zuzentasun heroiko batera deituak liratekeen pertsonentzat. Dei horrekin, etsaiarekiko beste jarrera bat txertatu nahi du historian: errotik atera nahi du mundutik gorrotoa eta indarkeria suntsitzailea. Jainkoaren antzeko izan nahi duen batek ez du elikatuko inoren aurkako gorrotorik, baizik eta gizon-emakume guztien ona bilatuko du, etsaiena barne.

Etsaiarekiko maitasunaz mintzo denean, Jesus ez da ari, gaitza egiten digunarentzat gugan txera-, sinpatia- edo maitasun-sentimendua elikatzeko eskatzen. Etsaiak kalte egiten ahal digun etsai izaten jarraituko du, eta nekez aldatuko dira gure bihotzeko sentimenduak.

Etsaia maitatzeak hau esan nahi du lehenik eta behin: halakoari kalterik ez egitea, ez ibiltzea nola kalte egingo, ez desiratzea kalterik. Ez dugu harritu behar halakoarentzat maitasunik sentitzen ez badugu. Berezkoa du batek zauritua edo umiliatua sentitzea. Hau da kezkatzekoa: gorrotoa eta mendeku-egarria elikatzen jarraitzea.

Baina, jakina, kontua ez da gaitzik ez egitea bakarrik. Urrats batzuk aurrera egin genitzake, premian ikusten badugu on egiteko prest egoteraino. Ez dezagun ahaztu, gizakoiago garela barkatzen dugunean, ez eta mendekatzen garenean halakoaren zoritxarraz poztuz.

Ez da gauza erraza etsaiari zinez barkatzea. Zenbait inguruabarretan, gerta dakioke jende bati, izatez, ezinezko gauza izatea bere bihotza ukapenetik, gorrototik edo mendeku-egarritik liberatzea. Ez genuke juzgatu behar inor ere kanpotik. Jainkoak bakarrik ulertzen gaitu, hark bakarrik barkatzen digu baldintzarik gabe, baita barkatzeko gai ez garenean ere.

BERRI ONAK Sare Ebanjelizatzailea 2014ko otsailaren 23a
Eraiki mundu anai-arreba artekoago eta Urteko 7. igandea A
maitagarriago bat. Bidali hau. Mateo 5, 38-48

José Antonio Pagola

[ ILUSTRACION ]

Asun Gutiérrez