Un Papa desconcertante

“Francisco no ha hecho nada más que empezar. Todavía nos tiene que desconcertar mucho más”

Este obispo de Roma tiene todavía que romper muchos esquemas, acabar con muchas normas, abrir nuevos caminos, que aún no imaginamos. Ésta es la hora en que todavía no nos desconcierta suficientemente el Evangelio

El 7 de marzo de 2013, antes del cónclave que eligió al papa Francisco, escribí en mi blog (Religión Digital) un texto, que el jesuita Álvaro Restrepo ha recordado recientemente en el “Anuario de la Compañía de Jesús 2014” (p. 7): “El Vaticano no es una isla. Por eso, cuando tanta gente de buena voluntad dice que la Iglesia necesita un buen Papa, no se refiere a que el nuevo Pontífice sea conservador o progresista, de derechas o de izquierdas. Lo que importa es que sea un hombre libre y decidido. Necesita un hombre tan apasionado por el Evangelio, que desconcierte a todos cuantos en el papado buscan un hombre de poder y mando. El Papa debe resultar desconcertante. El día que el Vaticano sea el ‘punto de encuentro’ de todos los que sufren, ese día la Iglesia habrá encontrado el buen Papa que necesita”.

No ha pasado un año, y la revista TIME (11.XII.2013) ha proclamado al papa Francisco hombre del año en el mundo. ¿Motivo? Según la citada revista, “lo que le hace tan importante es la rapidez con la que ha capturado la esperanza de los millones de personas que habían abandonado toda esperanza en la Iglesia”.

¿Qué ha hecho el papa Francisco para dar tanta esperanza a tantos millones de seres humanos en tan poco tiempo? Muy sencillo. Ha tomado en serio el Evangelio. Tan en serio que, en unos meses, ha desconcertado a casi todo el mudo.

 
 

José Mª Castillo