El fiscal adjunto de Regio Calabria advierte de que la Ndrangheta está nerviosa por las actuaciones del Papa. El Vaticano dice estar tranquilo

El Papa, montándose en un coche utilitario para visitar al presidente de Italia | EFE

Las palabras del Papa Francisco y su decidida intención, ya iniciada por Benedicto XVI, de hacer transparente las finanzas vaticanas tan cuestionadas en las congregaciones previas al Cónclave, no gustan nada a ciertos sectores.

De hecho, en algunos sectores la figura del Pontífice está siendo contemplada con recelo y temor. Concretamente, la mafia italiana de Calabria, Ndrangheta, la menos conocida pero la más poderosa actualmente en Italia podría estar valorando la posibilidad de atentar contra Francisco.

Esta posibilidad ha sido hecha pública precisamente por alguien que sabe de este asunto, el fiscal adjunto de Reggio Calabria, Nicola Gratteri. En una entrevista en el diario italiano Il Fatto Quotidiano afirmaba que “el papa Bergoglio está desmontando centros de poder económico en el Vaticano” para hacer, según este fiscal “una limpieza total” por lo que “el Papa está en el camino justo”.

En este sentido, Gratteri afirmó que “quienes se han nutrido hasta ahora del poder y la riqueza que derivan de la Iglesia están nerviosos, agitados”. “Si los jefes mafiosos pudiesen ponerle una zancadilla, no lo dudarían“, dijo de manera tajante uno de los máximos exponentes de la lucha contra la mafia.

Pero además, el fiscal adjunto iba más allá e indicaba que “no sé si la criminalidad organizada está en condiciones de hacer algo contra el papa pero ciertamente está reflexionando“. En su opinión, “puede ser peligroso”.

Nicola Gratteri añadía en su entrevista que en estos momentos manda “el mafioso inversor, que hace lavado de dinero, en definitiva, que tiene el poder verdadero” y en este sector hay algunos que “durante años se han nutrido de la connivencia con la Iglesia. Son esos sujetos los que se están poniendo nerviosos”.

El Vaticano no está preocupado por la amenaza

Las declaraciones del fiscal calabrés han despertado la alarma en Italia y el portavoz vaticano se ha visto obligado a tranquilizar a la gente. Preguntado por la agencia Ansa, Federico Lombardi ha asegurado que “no hay motivo concreto de preocupación y no es el caso de alimentar alarmismos”. “Estamos absolutamente tranquilos, todo funciona normalmente”, sentenció el sacerdote jesuita.

Mientras tanto, la seguridad del Papa no se ha visto aumentada de manera aparente tras las advertencias del fiscal sobre un posible ataque de la Ndrangheta. De hecho, una de las señas de identidad del pontificado de Francisco ha sido la de sacrificar parte de su seguridad para así poder ser más cercano a los fieles.

En las audiencias no utiliza el papamóvil con espejos blindados y en los actos multitudinarios se acerca mucho a la gente. Como ejemplo más claro está el encuentro que tuvo este pasado jueves con el presidente de Italia, Giorgio Napolitano, en la sede de la presidencia. Fue y volvió en un Ford Focus utilitario y sin la comitiva oficial, es decir, como el resto de conductores romanos. De hecho, muchos turistas y romanos se quedaron perplejos al encontrarse con el Papa en un semáforo. Este ejemplo muestra que la seguridad no ha aumentado tras estas posibles amenazas.

Desde que fuera elegido Papa, Francisco se ha mostrado muy contundente con los corruptos, con la mafia y con los que utilizan la Iglesia para hacer negocios. En muchas de estas declaraciones, algunos mafiosos se habrán visto muy reflejados, pues ellos mismos se consideran personas muy religiosas.

El pasado lunes 11 de noviembre, por poner un ejemplo, Francisco alertaba de que “quien roba al Estado y dona a la Iglesia es un hipócrita corrupto” y denunció que “la doble vida de un cristiano hace mucho daño”. En este sentido, el Papa afirma que sobre estas personas Jesús dice que “le aten al cuello una rueda de molino y lo echen al mar”. Y explicó que “pecadores somos todos, pero en cambio no podemos ser corruptos” pues “el corrupto intenta engañar, y donde hay engaño no está el Espíritu de Dios. Esta es la diferencia entre el pecador y el corrupto”.

Pocos días antes en una homilía en la Casa Santa Marta alertaba también sobre “la diosa de la corrupción” y advirtió que la dignidad viene del trabajo digno, honesto, del trabajo de cada día y no del camino fácil que al final te quita todo. “Comenzamos tal vez con un pequeño sobre, pero esto es como las drogas, eh. Por lo tanto, el hábito a los sobornos se convierte en una adicción”. Por todos ellos, el Papa pidió rezar para que se convirtieran. La mafia tendrá que ver si se da o no por aludida.

Javier Lozano 013-11-16
Mundo Digital