No es “su” Papa. O al menos se esfuerzan en marcar distancias con el resto del mundo. Francisco acaba de llamar la atención, en la Audiencia General de los miércoles, contra los que “privatizan la Iglesia para el propio grupo, la propia Nación, los propios amigos”. Fiel reflejo del hombre que es, del Papa que quiere llegar a ser. El que apunta, como dijo en la famosa entrevista concedida a las revistas jesuitas, que “esta Iglesia con la que debemos sentir es la casa de todos, no una capillita en la que cabe dolo un grupito de personas selectas”. Pero no le dejan, o les gustaría no dejarle. Una última prueba de ello -después de las críticas de Juan Manuel de Prada, o los intentos desesperados de los apiladores de hogueras por defender lo indefendible- ha sido la entrevista que se le hizo en Cope al autor del scoop a Bergoglio: el jesuita Antonio Spadaro, s.j

Les animo a escuchar la misma: el presentador, Javi Nieves, se empeña una y otra vez en hacer que su invitado diga que “la prensa ha instrumentalizado la entrevista del Papa”. A lo más que llegó el jesuita es a reconocer que algunos titulares podían llevar a esa conclusión. Qué titular no es interpretativo. En fin: lo que no cuentan es que repitió, en al menos dos ocasiones, que aunque se corra ese riesgo, “es lo que le gusta” a Bergoglio. Que, vamos, el Papa está dispuesto a ser malinterpretado con tal de que su mensaje llegue.

Se centran tanto en Cope como en los rincones donde de repente se apagó la luz de la fe-ciega por denunciar sin cesar la supuesta tergiversación de las palabras del Papa, en lugar de hablar de ellas. ¿Dónde está en Cope la referencia a las reformas en la Curia, la necesidad de buscar juntos nuevos caminos -por cierto, que ése fue el titular del propio Spadaro-, en “no insistir solo en cuestiones referentes al aborto, al matrimonio homosexual o al uso de preservativos” (qué estarán pensando los obispos que acudieron en masa a las manifestaciones contra el matrimonio gay y, justo una semana después, no aparecieron -excepción hecha de Juan José Omella- a la de la lucha contra la pobreza), la denuncia de la censura, el caminar juntos a pesar de las diferencias, la invitación a “reflexionar sobre el puesto específico de la mujer incluso allí donde se ejercita la autoridad en los varios ámbitos de la Iglesia”, las referencias a los restauracionistas, al Novus Ordo, a las fronteras, a los falsos profetas que creen tener todas las respuestas, toda la verdad?

¿Cuándo dejarán de tapar el sol con un dedo y de tratar de “reconducir”, “tergiversar” y “vaciar de contenido” el mensaje de Francisco? ¿Cuándo escucharemos a nuestros obispos hablar como el Papa? ¿Tendremos que esperar a que no estén Rouco y Camino? ¿También para que la web de la CEE ponga un link a la entrevista? En todo caso, ya queda poco, cada vez menos, para no seguir viendo estos lamentables antitestimonios. Pero ya va siendo hora de que los responsables de Cope comiencen a darse cuenta de que lo de “privatizar la Iglesia para su propio grupo”, también va por ellos
J. Bastante

COMENTARIO

En primer lugar el agradecimiento a J. Bastante.

La Cope ya no es ni de la Iglesia. Es de Barriocanal y de José Luis Restan, el teólogo solemne y con exceso de engreimiento.

Después de la publicación de la famosa entrevista al papa Francisco, este Restan llegó a decir que sólo los especialistas, (como él) podían encuadrar y entender las palabras de Francisco. Los simples periodistas no estaban capacitados para entenderlo. (Momento en el que cambié de emisora)

La Cope, desde que pasó a constituirse en sociedad anónima, nunca tuvo una identidad de madurez. Es decir, nunca consiguió la mayoría de edad.

En la famosa “línea Cope” y en quitar o poner personal, han metido las narices Cañizares, Bertone, e incluso el mismo Rey. Y cuando ha podido Rouco.

COPE Cadena de Ondas Populares Españolas. Cadena de cleros y clerificados. Pero no de la Iglesia.

Luis Alemán Mur.
Licenciado en Teología.
Fundador de Radio Popular de Córdoba.