Joan Morera
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Mueve cielos y tierra y se calla ante el madero de la Cruz.
Enaltece la inocencia y el candor de la infancia y desempolva la mugre de los sepulcros blanqueados.
Ríe y canta a la vida
Llora la muerte del amigo y se resiste a morir.
Juega con las palabras.
Ironiza suavemente sin herir.
Arguye y replica.
Se extasía con las flores del campo y las aves del cielo y desenmascara la mentira y el engaño de los doctos y eruditos.
Se personifica con el campesino y se identifica con el pescador.
Calma la tempestad del mar bravío y proclama las grandezas del humilde.
Exige posponer padre, madre y hermanos y complace a la mamá suplicante, y se retira en vigilancia para hablar con el Padre.
Radicaliza el compromiso de su seguimiento y abandona 99 amigos por ganarse al enemigo.
Fustiga la injusticia, venga de donde viniere, y perdona al enemigo gratuito y ensañado.
Aniquila y destruye le ley y certifica que vino al mundo para perfeccionarla.
Enaltece a los pobres, humildes e incapacitados y destrona a los poderosos.
Pide silenciar su Mesianidad y el pueblo proclama al hijo de David.
No permite que sea discípulo suyo aquel que no reparte sus bienes entre los menesterosos y permite ungir sus pies con esencia de nardo.
Alimenta las masas y ayuna hasta desfallecer.
Descalifica finamente al opositor erudito y enaltece al sencillo.
Enciende los ánimos de realeza y fustiga las desautorizadas autoridades.
Consuela y acompaña aún cuando se siente abandonado.
Acepta el diálogo, defiende al oprimido y calla en su propia defensa.
Domina el auditorio, conoce las argucias y desenmascara los sofismas.
Sueña con pasión y se incrusta en la realidad humana.
Ama sin fronteras y desentraña al egoísta y mezquino.
Alza a las multitudes y desaparece en el anonimato.
Acompaña al solitario y crea comunidades entusiasmadas.
Se identifica con el postergado de la sociedad.
Asume la defensa del perseguido y calla ante la calumnia.
Gime ante el desconsuelo de la madre que pierde al hijo único y se calla ante el calumniador.
Proclama la incapacidad humana para juzgar con rectitud y espanta con
el dedo en tierra a los acusadores
Cristo invita a un ideal de vida, a vivir un espíritu utópico y fustiga las estructuras muertas.
Yo,…………….., creo y me comprometo a comunicar a este Cristo tan humano y cercano a los hombres