Nada tan humano como el cansancio. Quien no se cansa no es humano. Incluso si hemos comprendido que lo humano es la plenitud del hombre: el otro es un igual, misma dignidad, mismos derechos. Lo cristiano, descubrir en el otro a un hermano. Largo y agotador caminar de la Historia hasta llegar a Jesús de Nazaret.

Terminó Darwin. En Nazaret comienza la humanidad. Después de aquel sudor de sangre llegó el encuentro de lo Humano y lo Divino.

Lc 22,43″Le chorreaba hasta el suelo un sudor parecido a goterones de sangre”

(v. 43 añadido desde antiguo al texto de Lucas)

Mc 14:37 “Se acercó, los encontró dormidos y dijo a Pedro:

-Simón, ¿estás durmiendo? ¿No has tenido fuerzas para mantenerte despierto ni una hora?

Al volver los encontró otra vez dormidos, porque los ojos no se les mantenían abiertos”.

Algunos estamos cansados, casi dormidos, pero queremos caminar.

“Al final de la vida me dirán:

¿Has vivido? ¿Has amado?

Y yo, sin decir nada,

abriré el corazón lleno de nombres”.

Casaldáliga