Frase evangélica: «Uno solo es vuestro maestro, y todos vosotros sois hermanos»

1. Mateo dedica el capítulo 23 a desenmascarar la doctrina de los letrados y fariseos, incompatible con el régimen cristiano. Algunos lo denominan «discurso antifarisaico». Después de algunas denuncias de los letrados y fariseos (vv. 1-12), les dirige siete maldiciones (vv. 13-36) y les anuncia su ruina (vv. 3739). Para Mateo son un secta hostil a la enseñanza y catequesis de Jesús.

2. El calificativo «fariseo» ha llegado al pueblo cristiano como sinónimo de «hipócrita». Para Mateo, el fariseísmo fue mortal enemigo de Jesús. Sin embargo, algunos intérpretes actuales son más benignos en sus juicios respecto de los fariseos del tiempo de Jesús. En todo caso, el prototipo de los escribas/fariseos (o pseudo-cristianos) que se desprende del evangelio de este domingo tiene estos rasgos: sientan cátedra o ejercen un magisterio, con la convicción de tener ellos la última palabra, que se la han secuestrado a Dios (soberbios); exigen a los otros lo que ellos no cumplen (incoherentes); y, en el fondo, dicen y no hacen (vanidosos).

3. Por el contrario, los discípulos han de ser siempre hermanos, hijos de Dios y servidores mutuos, caracterizados por lo que hacen, no por sólo por lo que dicen. Con frecuencia, ciertas élites que tienen poder político o que poseen medios económicos o de influencia se presentan como modelos de conducta ética o como rectores de moral social y personal. Jamás se autocritican o reconocen sus fallos. Son escribas/fariseos hipócritas.

REFLEXIÓN CRISTIANA:
¿En qué aspectos somos escribas/fariseos según el Evangelio?
¿Qué debemos hacer para ser mejores discípulos?