Salmo L
R/. Misericordia, Señor: hemos pecado
V/. Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. R/.
V/. Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado.
Contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces. R/.
V/. Oh, Dios, crea en mi un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme.
No me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R/.
V/. Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza. R/.
Lava del todo mi delito, limpia mi pecado.
¿Quién no se siente pecador, o fracasado, culpable de algo?
Seas de la religión que seas, incluso si eres ateo.
O es la moral o es una enfermedad, siempre solemos arrastrar una cadena de culpable fracasado. ¿Le echamos la culpa a Dios? ¿A los demás? ¿A los genes? ¿A los curas? ¿a las monjas?
Devuélveme la alegría de tu salvación, afiánzame con espíritu generoso
Luis Alemán Mur