“El libro ‘Camino’ se halla más activamente presente que el de los santos evangelios en la Iglesia española”


El papa Francisco ha pasado ya, y pasará aún más, a la historia, por muchas y variadas razones. A la historia eclesiástica y a la general. De entre ellas, opto por destacar aquí y ahora una de las más significativas, aunque con cierta, o incierta, consideración “religiosa”, no pocos la tilden de frívola, episódica o coyuntural.

La decisión “franciscana” de terminar con el “Opus Dei“”, al menos en teoría, es -será- una de las que, tanto personal como institucionalmente, marcará y signará -“poner la firma a una actitud y comportamiento”- pontificios , impensable en los tiempos presentes. Papas recientes estaban convencidos de que la “Obra de Dios” por antonomasia, contaría con fuerzas humanas y divinas para conseguir sempiternamente que las fuerzas del Mal –”El Malo”- no prevalecerían contra los principios, fines y procedimientos que la definen, no faltando a su cita “religiosa” la intercesión de sus santos propios o allegados.

La Iglesia, con sagrada y detallada mención para la mayoría de los miembros de la CEE. -Conferencia Episcopal Española-, es Opus. Su estilo y talante así lo confiesan, avalado además todo ello por el hecho que en las mesillas de noche, despachos y bibliotecas de los adscritos a la Obra, el libro “Camino” se halla más activamente presente que el de los santos evangelios. EL PADRE -padre, es y se llama San Josemaría Escrivá de Balaguer, por lo que las páginas de su libro están tanto o más signadas que las escritas por los santos Lucas, Mateos, Marco, Juan, Pablo y otros.

Una prueba, entre otras, de la veracidad de lo referido, es el dato de que ni un solo obispo de España se haya dignado subrayar positivamente las palabras y gestos del papa Francisco referidos a la profunda y radical renovación a la que en tiempos recientes ha sometido a la “Obra” de Dios. No encontré cita alguna en sus Cartas Pastorales, sermones, homilías, declaraciones, conferencias y demás prédicas mediante las cuales se comunican con el pueblo, que también es “Pueblo” de Dios. La cita de alguna reflexión episcopal en este sentido, no ha sido -¿lo será algún día?- noticia. La noticia está exactamente en su no cita.

Y mientras tanto ¿qué ha hecho y hace el Gabinete de Prensa de la CEE?

En frase laica, hay que limitarse a decir que el papa Francisco, que se apellida y ejerce lisa y llanamente como “de Asís”, no tiene “buena prensa” en las áreas informativas relacionadas con el Opus ni, por tanto, con un buen puñado de obispos, inspiradores del sí, del no y del silencio a observar en los noticiarios de su profesionalidad. Siempre haciendo uso del lenguaje popular, “el Opus no comulga con el papa Francisco”, aunque sí lo hiciera- ¡y de qué forma!-con papas anteriores.

Buena y oportuna ocasión para delatar una vez más que los gabinetes “religiosos” de prensa, comenzando por el de la CEE, precisan de un buen repaso. Perdurar y sobrevivir a nuevos presidentes, vice-presidentes, secretarios generales, voceros y demás, burocratiza la misión obligados a expresarse su imagen y semejanza, con prevalencia del “Amén” y de “¡palabra de Dios¡”

Prevaleciendo en este caso la influencia del “Opus” –¿quién sigue siendo el jefe de la sede de la CEE. en la calle Añastro?-, es obvio –”evidente, claro y manifiesto”- deducir, que ha de actuar “como está mandado” y “tal y como lo exigen los cánones”, con prevalencia de los de la Congregación por la que ” in re, vel in voto”, se ha apostado, y a la que además hasta se le debe el puesto.

Así las cosas, con pleno conocimiento de causa por parte del papa Francisco, ¿por qué los informadores religiosos, no nos explican que, en vísperas de cumplir diez años de pontificado “franciscano” el papa todavía “no se haya dignado visitar la católica España“? ¿Alguien espera inocentemente que aproveche para hacerlo su ya programada estancia en Portugal?