Frase evangélica: «Tienen a Moisés y a los profetas: que los escuchen»
1. La parábola del rico y del pobre Lázaro, propia de Lucas, muestra el contraste entre dos tipos de condición humana y su respectiva retribución en la otra vida. Continuación de la enseñanza de Jesús a sus discípulos sobre el dinero, este texto va dirigido a los fariseos, representantes del pensamiento judío y amigos del dinero, que creían en la resurrección, pero estaban equivocados en lo referente a la retribución por parte de Dios. Los dos personajes de la parábola ilustran el juicio de Dios entre el lujo y la miseria, aquí en vida, y los tormentos y la felicidad después de la muerte. Los desgraciados son los privilegiados del mundo futuro, mientras que los ricos serán desgraciados.
2. La enseñanza del texto es muy clara: se proclama el peligro de las riquezas y el privilegio de los pobres, como se muestra en el Magnificat, en las bienaventuranzas y en las «malaventuranzas». Por otra parte, la muerte fija el destino de toda persona. Hay entre estos dos personajes «un abismo inmenso». También destaca Lucas la llamada a la conversión, frecuente en su evangelio y en los Hechos.
3. Jesús ha proclamado la bienaventuranza de los pobres en esta tierra, para los cuales resulta más fácil creer en Jesús y formar parte de la comunidad cristiana, es decir, acceder al reino. En cambio, los ricos, apegados a sus bienes, están lejos de la comunidad y del reino de Dios. Una Iglesia evangélica opta por los pobres.
REFLEXIÓN CRISTIANA:
¿Somos pobres?
¿Optamos de verdad por los pobres?