Frase evangélica: «Mis ovejas escuchan mi voz»

1. Los judíos celebraban la fiesta de la dedicación del templo como aniversario político de liberación, al recordar la resistencia heroica de los macabeos contra la profanación del templo. La escena del evangelio se desarrolla en la fiesta judía de la dedicación o consagración del templo. En el contexto de esta fiesta se enfrenta Jesús con los dirigentes judíos. Según Juan, Jesús es el nuevo templo consagrado por el Padre. Frente a los dirigentes que no sirven ni pastorean, Jesús se muestra como el Mesías, bajo la figura del buen pastor. Así lo prueban sus obras. Jesús es el «gran pastor» (Heb 13,20) o el «supremo pastor» (I Pe 5,4). Delega el ministerio en sus discípulos. En el discurso de Juan (cap. 10) los temas centrales son la puerta, el pastor y las ovejas.

2. Los primeros forjadores del pueblo de Dios fueron nómadas. De ahí que la imagen del pastor con su rebaño pasase a expresar las relaciones de Dios con su pueblo. De ordinario, el pastor no suele ser dueño de las ovejas, sino líder y compañero; las conduce a los pastos (las alimenta), las defiende de los peligros (las protege) y se entrega totalmente a su misión (da la vida). Su autoridad proviene de la dedicación que presta al pastoreo. Todas las grandes figuras de Israel (como David y Moisés) fueron pastores, para indicar que Dios elige la debilidad de este mundo para llevar a cabo sus maravillas.

3. Los discípulos de Jesús se reconocen por tres cosas: 1) escuchan la voz de Cristo, a saber, creen, prestan atención, se adhieren personalmente; Cristo, a su vez, los conoce; 2) le siguen, entendiendo por «seguimiento» adhesión de conducta y compromiso; Cristo les da, en correspondencia, la vida eterna; 3) no perecerán, porque Cristo los sostendrá junto a sí. Jesús se describe como Hijo de Dios: consagrado por el Padre, por medio del Espíritu, para una misión salvadora. El pueblo de Dios escucha la voz de Cristo, acepta su seguimiento y se siente protegido. En relación a esta triple afirmación, Jesús conoce a sus discípulos, les da vida y los defiende. Creer es escuchar la voz de Dios y demostrarlo con los hechos, no algo meramente verbal; en el fondo, equivale a seguir a Cristo.

REFLEXIÓN CRISTIANA:

¿Cómo son nuestras relaciones con los principales encargados del pastoreo en la Iglesia?

¿Participamos, a nuestro modo, en el pastoreo de Jesús?