DOMINGO DE RESURRECCIÓN

Juan 20,1-9:

El primer día de la semana, María la Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.
Echó a correr y fue donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: 
«Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto».
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; e, inclinándose, vio los lienzos tendidos; pero no entró.
Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio los lienzos tendidos y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no con los lienzos, sino enrollado en un sitio aparte.
Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó.
Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.

Palabra del Señor

“El primer día de la semana”. El primer día de una nueva era. No es una interpretación piadosa del comentarista. Corresponde al Plan general de Juan el evangelista. Juan ha llegado a la conclusión de que comienza una etapa nueva en la historia del hombre. Jesús el resucitado es el primer hombre de un nuevo tiempo.

“María Magdalena”. Si hay un hombre nuevo, es lógico que también haya una nueva mujer. Estamos en el siglo XXI y aún los cristianos no hemos dado dar la importancia que esta mujer de Magdala, discípula inseparable del Maestro, adquiere en este día principal de nuestra fe. Esa mujer es una realidad y un signo. Hoy vemos de forma casi hiriente cómo la tradición devota al leer los evangelios, no ha reconocido la importancia apostólica de la mujer en la Iglesia de Jesús. Según los evangelios, la mujer tuvo un papel primordial en la crucifixión y en la resurrección, en la muerte y en la vida. Pero la tradición la fue eliminando o prostituyendo y la convirtió en la prostituta. Parece que este error lo estamos pagando muy duramente.

“Simón Pedro y el otro discípulo”. Van al sepulcro porque María Magdalena había descubierto los indicios de la resurrección. Fue María Magdalena quien ayudó a los apóstoles a ir en busca de la resurrección. El evangelio de hoy, y el de la crucifixión, y de los largos caminos por Palestina las mujeres desempeñaron un papel junto a Jesús que el machismo de algunos apóstoles y de la tradición le han negado. He aquí una muestra cómo la Iglesia no entendió nunca bien ni a la mujer ni el sexo.

¡HA RESUCITADO. NO ESTÁ AQUÍ!

Los que creemos en Jesús, anunciamos vida, no muerte.

No sembremos amargura

No sembremos pesimismo

No sembremos rencores

Llevemos luz. Aunque sea la de una vela

Llevemos esperanza

Todo dolor, como cualquier semilla aunque muera se transformará en vida.

La fe sin fraternidad sería una fe pagana.

Creer en el Jesús resucitado es encontrarlo en el hombre como hermano

Luis Alemán Mur