“A morir siempre tienen que ir los hijos de los pobres”

“A esos chicos que la legalidad marroquí nos envió en frío, la legalidad española los devolverá en caliente”


COSAS QUE GUARDAR EN EL CORAZÓN: Se trata de dos Estados soberanos: Marruecos y España.

Se supone que, entre Estados soberanos, a los problemas que puedan surgir se les busca una solución por cauces políticos, diplomáticos, cómplices del buen entendimiento.

Se supone que los dirigentes de esos Estados soberanos son gente razonable, gente fiable, gente madura, gente de buena voluntad, gente que ama la justicia y el derecho.

Se supone… Sin embargo, lo que en estos días está sucediendo en la frontera hispano-marroquí, no deja en buen lugar a los que se supone debieran ser razonables interlocutores de ambos Estados.

“La desesperación no puede ni debe ser utilizada por ningún Estado para instrumentalizar con fines políticos”

Sin pudor, se utiliza a los pobres degradándolos de la condición de personas con derechos inalienables a la condición de cosas, de mercancía, de arma, que el poder utiliza para su propio beneficio.

Sin pudor, olvidada la dignidad inalienable de esas personas, se les anima a morir, porque eso le trae cuenta a quien los deja pasar una frontera y a quien no los deja entrar en la otra.

Mañana, si hay tragedia, y ya la hay, todos los buenos hijos del poder se lavarán las manos, y cuanto mayor sea la tragedia, menos agua necesitarán: el poder, a un lado y otro de esa frontera, siempre se consideró legitimado para matar –el Tarajal guarda memoria de ello-

Mañana, si hay tragedia, y ya la hay, todos los buenos hijos del poder se lavarán las manos, y cuanto mayor sea la tragedia, menos agua necesitarán: el poder, a un lado y otro de esa frontera, siempre se consideró legitimado para matar –el Tarajal guarda memoria de ello-.

Y a esos chicos del agua, a esos “mojados”, a esa humanidad utilizada por unos y otros para hacerse una guerra a la que ellos nunca van, nadie les preguntará qué buscan, qué necesitan, qué podemos hacer para que ejerzan su derecho a buscar una vida digna, en libertad, respetada.

A esos chicos que la legalidad marroquí nos envió en frío, la legalidad española los devolverá en caliente. Legalidad inicua. O, como diría san Francisco, desvergonzada “inequidad”.

A morir, siempre tienen que ir los hijos de los pobres.

Y como nada de esto puedo entender, me toca guardarlo, como las cosas de Dios, en el secreto del corazón.

¿Es ético utilizar a sus niños más pobres como moneda de cambio y presión en la frontera?”

La Iglesia reclama una salida negociada a la enésima crisis entre España y Marruecos

Llegada de migrantes al Tarajal

18.05.2021 | Jesús Bastante Agencias

Francisco Cerro: “La situación es dramática. La Iglesia tiene que ser casa de acogida para todos”

Gabriel Delgado, delegado de Migraciones de Cádiz y Ceuta: “Todos, niños y adultos, huyen de la pobreza y falta de esperanza y futuro y se convierten en moneda de cambio. A cambio de qué? El eterno problema de la Frontera Sur”

¿Se repite la tragedia del Tarajal? Siete años después, la frágil frontera entre Marruecos y Ceuta ha vuelto a ser protagonista mundial, con la entrada, en pocas horas, de más de 5.000 marroquiés a territorio español, en lo que muchos interpretan como una ‘respuesta’ del reino alauita a la acogida humanitaria, en España, del líder del Frente Polisario.

La crisis, que ha llevado al Ejército a la frontera Sur, y al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a viajar hasta la zona, es vista con preocupación desde la iglesia, que trabaja a ambos lados de la frontera desde hace décadas. Que nunca se va. Como Gabriel Delgado, responsable de Migraciones de la diócesis de Cádiz y Ceuta, quien se ha preguntado si es “ético ‘utilizar’ a sus niños más pobres como moneda de cambio y presión en la frontera”.