Domingo 2º de Cuaresma – Ciclo B

Marcos 9,2-10:

En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos solos a una montaña alta, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo. Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús.
Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo a Jesús: «Maestro, ¡qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.»
Estaban asustados, y no sabía lo que decía.
Se formó una nube que los cubrió, y salió una voz de la nube: «Este es mi Hijo amado; escuchadlo.»
De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos.
Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: «No contéis a nadie lo que habéis visto, hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos.»
Esto se les quedó grabado, y discutían qué querría decir aquello de «resucitar de entre los muertos».

Palabra del Señor

Resulta evidente que los evangelios fueron obra de las primeras comunidades cristianas. No tuvo Jesús un periodista que recogiera sus palabras.

El relato de la transfiguración se funda en una reflexión de la comunidad cristiana sobre el sentido global de la misión de Jesús y que toma como base la tradición israelita sobre la revelación en el monte Sinaí. Desde ese transfondo se explican los diversos motivos del relato evangélico: –el monte alto que no hay que identificar con un monte concreto como el Tabor; –la subida a él de Jesús acompañado de unos pocos testigos, como Moisés; –la transfiguración de Jesús, al igual que Moisés experimentó una transfiguración de su rostro en el Sinaí; –la aparición de Moisés y de Elías dos personajes ligados al monte de la revelación; –la nube que esconde a la divinidad; –la voz desde la nube; -incluso las tiendas al estilo de las tiendas de Israel del desierto.

Lo que señala desde el relato de la revelación de Dios se concentra ahora en Jesús, el agente mesiánico, el Hijo de Dios, a quien hay que escuchar. En él se ha efectuado la revelación completa de Dios que ha dejado atrás la revelación en el Sinaí. En la base del relato está la experiencia de la revelación pascual sobre la resurrección y exaltación de Jesús como soberano mesiánico. Por eso, esa revelación en el monte de la transfiguración sólo podrá ser descubierta cuando Jesús resucite desde los muertos. (Senén Vidal)

Las primeras comunidades cristianas comprendieron a Jesús. Creyeron en Jesús. Algunos derramaron su sangre por defender su fe en Jesús. Nosotros somos sus herederos. En mi caso personal, heredé mi fe de mi madre y mi padre. ¡Ojala mis nietos crezcan en la fe de su familia!

Esto es el cristianismo.

Luis Alemán Mur