Lecturas del Domingo 4º del Tiempo Ordinario – Ciclo B


Marcos 1,21-28:

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos entraron en Cafarnaún, y cuando el sábado siguiente fue a la sinagoga a enseñar, se quedaron asombrados de su doctrina, porque no enseñaba como los escribas, sino con autoridad.
Estaba precisamente en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo, y se puso a gritar: ¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios. Jesús lo increpó: «Cállate y sal de él.» El espíritu inmundo lo retorció y, dando un grito muy fuerte, salió. Todos se preguntaron estupefactos: ¿Qué es esto? Este enseñar con autoridad es nuevo. Hasta a los espíritus inmundos les manda y le obedecen. Su fama se extendió en seguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea.

Palabra del Señor

El evangelio de Marcos es el más breve de los cuatro evangelios
canónicos y también el más antiguo según la opinión mayoritaria de los expertos bíblicos. Entre los entendidos existe un amplio consenso en datar el Evangelio de Marcos a finales de los 60 o 70 del siglo I d de C.

Con una vida y muerte tan revolucionaria, no es raro creer que su figura y sus palabras hirvieran aún en Palestina. Algunos piensan que Marcos fue discípulo de Pedro, y que antes de irse este a Roma dejó todos sus recuerdos a Marcos. Sin pretenderlo este evangelio fue la base de los sinópticos (Marcos, Mateo y Lucas). Estos más Juan son los pilares de la vida cristiana.

“Estaba precisamente en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo”

Se consideró siempre como el primer milagro de Jesús. Fue mucho más. Era el pueblo quien estaba infectado de un espíritu inmundo. El pueblo de Israel estaba paganizado. Es el fatal final de pueblos creyentes, que degeneran al dejarse llevar por las costumbres paganas: Acaban o acabamos creyendo en dioses o ritos para depositar en ellos nuestra esperanza. Eso es un espíritu inmundo: fieles adoradores de ritos e imágenes de dioses inexistentes.

¿Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros?

Cuando llega la fe en Jesús a un hombre, una familia o un pueblo, se retuercen todos los principios. La fe en Jesús nos puede cambiar la vida.

Luis Alemán Mur