Domingo 27º del Tiempo Ordinario – Ciclo A

Imagen1En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: «Escuchad otra parábola: Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, construyó la casa del guarda, la arrendó a unos labradores y se marchó de viaje. Llegado el tiempo de la vendimia, envió sus criados a los labradores, para percibir los frutos que le correspondían. Pero los labradores, agarrando a los criados, apalearon a uno, mataron a otro, y a otro lo apedrearon. Envió de nuevo otros criados, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo. Por último les mandó a su hijo, diciéndose: “Tendrán respeto a mi hijo.” Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron: “Éste es el heredero, venid, lo matamos y nos quedamos con su herencia.” Y, agarrándolo, lo empujaron fuera de la viña y lo mataron. Y ahora, cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?»
Le contestaron: «Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores, que le entreguen los frutos a sus tiempos
Y Jesús les dice: «¿No habéis leído nunca en la Escritura: “La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente?” Por eso os digo que se os quitará a vosotros el reino de Dios y se dará a un pueblo que produzca sus frutos.»

Palabra del Señor

“Escuchad otra parábola”

La parábola de los arrendatarios homicidas está basada en Mc 12, 1-12 con algunas modificaciones. Según Senén Vidal es probable que en la base del texto esté un relato parabólico auténtico de Jesús, que más tarde habría sufrido un proceso de alegorización y alargamiento. Los dirigentes del pueblo a quienes se les ha confiado en arriendo la viña (Israel), están a punto de cometer el atentado definitivo contra los derechos del dueño de la viña (Dios), al intentar eliminar a su representante mesiánico (el hijo y heredero).

Lo arrojaron fuera de la viña y lo mataron: se invierte lo mismo que en Lc 20, 15 el orden de Mc 12, 8 que dice que lo mataron y lo arrojaron fuera de la viña. Supuestamente sin darle sepultura; se acomoda el relato a los hechos ya que realmente Jesús murió fuera del recinto de Jerusalén y recibió sepultura.

Convendrían leer el salmo 112, 22-23 para ilustrar mejor todo lo dicho.

“Para percibir los frutos”,

Sus frutos: se refiere a los frutos del reino de Dios.

“La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular”

Es una cita tradicional del salmo 118, 22-23. Como se ve Mt acude a los profetas tan conocidos para los israelitas para fundamentar la vida de Jesús.

Luis Alemán Mur