– ¿Hay algún tratado sobre Dios que supere lo dicho en la oración del Padre Nuestro?
– No consideró misión suya defender la existencia de Dios.
– Más bien parece que insistía en defender a Dios de la religión.
– Al arrancar a los hombres, sus hermanos, de las cadenas de la Ley y de las ideologías opresoras, para ponerlo al nivel del mismo Dios Padre, rompió esquemas, de tal manera, que ni aún hoy lo hemos digerido y asimilado.
– La “creación” era buena. “Nada de fuera que entre en el hombre puede hacerlo profano; no, lo que sale de dentro del hombre es lo que hace profano al hombre.…” (Versículo 15 del capítulo 7 de Marcos Traducción de Juan Mateos).

Jesús nos habló más del hombre-hermano, que de Dios. Su preocupación fue más el hombre que Dios.

Jesús murió por hacer libres a los hombres. Y murió matado por los que querían ser dueños de los hombres. No lo mató Dios. Quien se acerque, oiga y camine junto a Jesús, cambiará la idea que tenga de Dios. Pero, de igual modo, tendrá que cambiar la idea que tenga sobre el hombre.

– “Aquel de vosotros que no tenga pecado, sea el primero en tirarle una piedra.

– Mujer, ¿dónde están? ¿Ninguno te ha condenado? – Tampoco yo te condeno”. (Jn 8. 7,11) – ¡Miserable!… ¿No era tu deber tener también compasión de tu compañero como yo la tuve de ti? (Mt 18. 32, 33)

Pasó del Templo (Él –el Hombre– era el Templo). Habló de otro tipo de templo. No era sacerdote. Pasó del clero. No se trató con los sacerdotes. Institución usurpadora de lo divino. Pasó de Ritos y Leyes.

Convocó a una mesa de hermanos, con Pan y Vino. Impulsó un nuevo modo de convivencia perdonadora, liberadora entre los hombres para hacerlos humanos. Y predicó un nuevo modo de llevarse con Dios, el Padre de todos.

¿Es esto lo que ha desarrollado el catecismo cristiano a lo largo de la historia?

• A mí, cuando niño, me hablaron de Dios Padre, sí. Pero a renglón seguido me explicaron, con lujo de detalles, un infierno muy posible. Hoy me sonrío o me indigno, pero antes cuando niño, joven y adulto no me sonreía. El Infierno ha ido pegado al cristiano. El cristiano vivió bajo la amenaza de un castigo eterno, administrado por los capataces de la “viña”. Crimen terrible contra el hombre y contra Dios, el cometido por los llamados jefes del cristianismo. Jesús liberó a los judíos de la opresión de la Torá. Ese cristianismo amargó, masivamente, la vida de los creyentes y convirtió la alegría de la buena nueva en miedo y terror.

• ¿Los sufrimientos son castigos de Dios? Siguen y siguen diciendo los curas que las enfermedades y el dolor son pruebas y purificaciones divinas. Es decir siguen contaminando el aire, la sociedad, la obra del creador, hundiendo al hombre.

Miren, señores cleros ignorantes, si Vds. no sabe responder ante el dolor y la miseria de los hombres, ¡cállense de una puñetera vez! ¡Dejen su teología clerical y estudien más a fondo el Evangelio!

Es mucho el daño, mucho daño el que se ha hecho a Dios y a los hombres con la piedad y osadía de tanto interprete piadoso e ignorante.