Desde pequeños, a los cristianos en las clases de catecismo tenían como primer objetivo demostrarnos no solo la existencia sino la evidencia de que Dios existe. Un Dios bueno, justo que premiaba a buenos y castigaba a malos. Esta ha sido la base de la fe cristiana. El cielo y el infierno cierran el circuito de la fe en Dios.

A mis 86 años. Ya al final de todo, puedo manifestar, con claridad y paz, que este Dios aprendido no me ha servido de mucho. Lo considero, entre otras cosas, muy aburrido, poco productivo y digno de ser olvidado.

Paso noches muy malas. Me inundan los recuerdos amargos. Solo con cuatro años, arrancaron a mi padre de la familia. Le sometieron a un juicio sumarísimo:

“El señor coronel de infantería don Luis Ángel y Ladrón de Guevara, certifico que: en la Plaza de Melilla a 10 de agosto de 1936, reunido el consejo de guerra para ver y fallar en el procedimiento de urgencia sumarísimo, oída la acusación fiscal y defensa y resultando que de todo lo actuado aparece que el hoy procesado don Luis Alemán Morell en la mañana del 18 del pasado mes sostuvo discusión con el señor fiscal de dicho juzgado, en la que censuró con frases llenas de durezas, el actual Movimiento Salvador de España, diciendo quería implantarse un régimen canallesco, calificativo que hizo extensivo al Ejército. El Consejo estima que los referidos hechos son un delito de palabra al Ejército… delito del que declara autor responsable al procesado mayor de edad a efectos penales. El Consejo procede imponer la pena de su máxima extensión”

El resultado es que queda destruida una familia sumida en la más profunda pobreza. Esposa Carmen Mur Guerra y sus cuatro hijos, la más pequeña Rocio, solo de unos meses, Luis de 4 años, Marisa de 6 y Carmen de 8. El condenado estuvo en la cárcel de Ceuta y después en la del Puerto de Santamaría. Murió ya destrozado en un sanatorio de Málaga en 1941.

El penal del Puerto de Sta. María era un convento para 800 personas. Allí se hacinaron 6000 presos de Franco. Cerca del Penal buscó mi madre una casucha junto a la estación de ferrocarril. Del grupo de amigos con los que yo jugaba uno era mayor, degenerado pederasta. Yo con tan solo 5 años. En adelante mi vida quedó destrozada. A partir de aquella niñez, mi vida puedo considerarse como un juguete roto, ya antes de salir de fábrica. La intensa y la larga formación con la que he tenido la suerte de contar no pudo recomponer un destrozo de aquellas dimensiones.

A mí no me ha valido el Dios del catecismo. A estas horas de mi vida, alguien me ha ido llevando al encuentro de un Dios que ama y que me quiere. Así comienza mi credo “siento que Dios me ama”. Tan sencillo como eso. No sé si creó el mundo. Es que no lo discuto. Este Dios, pienso que tiene algo que ver con el reino del que hablaba y anunciaba Jesús.

Si no has amado nunca no puedes sentir el amor de Dios

“pues el que no ama a su hermano, que ha visto, no puede amar a Dios que no ha visto” (Jn1, 8-20)

Luis Alemán Mur