Salmo LXXXVIII

R/. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor

Cantaré eternamente las misericordias del Señor,
anunciaré tu fidelidad por todas las edades.
Porque dijiste: «La misericordia es un edificio eterno»,
más que el cielo has afianzado tu fidelidad.

«Sellé una alianza con mi elegido,
jurando a David, mi siervo:
Te fundaré un linaje perpetuo,
edificaré tu trono para todas las edades».

«Él me invocará: “Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca salvadora”;
Le mantendré eternamente mi favor,
y mí alianza con él será estable». R/.

“Tú eres mi padre, mi Dios, mi Roca salvadora”

Durante toda nuestra vida. Si tenemos fe, esa es nuestra oración. Lo podemos aprender de Jesús. Fue la última lección que nos enseñó.

Hemos tenido buen maestro.

Salmo XCVII

R/. Los confines de la tierra han contemplado 
la victoria de nuestro Dios

Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R/.

El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. R/.

Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. R/.

Tañed la cítara para el Señor,
suenen los instrumentos:
con clarines y al son de trompetas,
aclamad al Rey y Señor. R/.

Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios

La victoria de nuestro Dios, es un niño

El Señor da a conocer su victoria

¡Por fin nuestro Dios ha conseguido realizar su proyecto!

Pero yo, hoy, no quiero mirar el fondo del Mediterráneo, lleno de cadáveres de niños ahogados. Nacieron para alimentar peces.

Luis Alemán