Domingo 15º del Tiempo Ordinario Ciclo A

Mateo 13,1-23:

Aquel día, salió Jesús de casa y se sentó junto al lago. Y acudió a él tanta gente que tuvo que subirse a una barca; se sentó, y la gente se quedó de pie en la orilla.
Les habló mucho rato en parábolas: «Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, un poco cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se lo comieron. Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra, y, como la tierra no era profunda, brotó en seguida; pero, en cuanto salió el sol, se abrasó y por falta de raíz se secó. Otro poco cayó entre zarzas, que crecieron y lo ahogaron. El resto cayó en tierra buena y dio grano: unos, ciento; otros, sesenta; otros, treinta. El que tenga oídos que oiga.»

El evangelista Mateo agrupó en grandes discursos el material didáctico que había recogido. Son como cinco bloques en los que recoge las enseñanzas de Jesús y que terminan con frases parecidas (7,28; 11,1; 13,53; 19,1; 26,1) Todos lo recordaran como el Sermón del monte; Las enseñanzas a los mensajeros del Reino; Las parábolas para abrir los ojos sobre los secretos del Reino; El funcionamiento de la nueva comunidad; Y quinto capítulo para aclarar el comportamiento de los nuevos creyentes en la historia.

“Salió el sembrador a sembrar”.

El evangelio de hoy abre el apartado de las parábolas con la parábola del sembrador. Esta parábola tiene su pleno sentido cuando su interpretación se extiende al proceso histórico de la realización del reino de Dios. Ocurre igual que cuando recordemos las parábolas del grano de mostaza y de la levadura en la masa. Quizá la virtud más propia del sembrador sea la paciencia.

El que tenga oídos que oiga.

“Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra porque ocultaste estas cosas a sabios e inteligentes, y las revelaste a sencillos. (Q 10,22/Mt 11,27). )

Comprender la “dinámica” del reino es propio de los humildes. Es más difícil o imposible para los sabios y soberbios. A Dios, siempre nos será difícil comprenderlo.

Quizá sean más “rentable” el silencio y la oración que la sabiduría

Palabra del Señor