KRZYSZTOF CHARAMSA: “EL 50% DE LOS SACERDOTES DEL VATICANO SON GAYS”

“Y son buenos curas”, afirma el ex-oficial de Doctrina de la Fe

“No tengo duda”, dice, de que la Iglesia cambiará y se adaptará a esta realidad

Cadena SER, 09 de febrero

Yo era un gay creyente, sometido a la manipulación de la Iglesia, que te ha convencido de tener una enfermedad mental que se debe curar

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Ocurrió en octubre de 2015 y provocó que los pilares de la Santa Sede se tambalearan como nunca antes. Un sacerdote, oficial de la Congregación para la Doctrina de la Fe, hacía público que es homosexual y presentaba a su pareja.

El Vaticano reaccionaba expulsando al religioso y tratando de silenciar el asunto. Pero la confesión de este cura polaco ponía sobre la mesa un asunto poco tratado hasta entonces: la homosexualidad entre la jerarquía la propia Iglesia Católica.

Desde aquel día, Krzysztof Charamsa vive en Barcelona con su novio, un catalán de nombre Eduard y acaba de publicar en nuestro idioma un libro titulado La primera piedra en el que denuncia la homofobia en el seno de la Iglesia y relata cómo fue el proceso interno que le llevó a tomar la transcendental decisión que cambió su vida.

“Estoy libre, me siento realizado en mi vocación como sacerdote pero sobre todo como persona humana”, comienza explicando en un castellano bastante correcto el que durante 12 años fuera miembro de una de las instituciones mas respetadas, y temidas, de la Iglesia: la Congregación para la Doctrina de la Fe.

De alguna manera Krzysztof sigue siendo cura, aunque el Vaticano le haya prohibido ejercer como tal. “Me lo dice siempre mi compañero: tu eres sacerdote”. La vida de este polaco cambió para siempre durante un fin de semana en Barcelona cuando, en una modesta pensión del Eixample, conoció a la que hoy es su pareja.

“Encontrar a Eduard en el último momento de un camino espiritual fue un don de Dios. Fue una aparición”. Al principio, Krzysztof le dio un nombre falso y no le dijo que era cura. “Yo era un gay creyente, sometido a la manipulación de la Iglesia, que te ha convencido de tener una enfermedad mental que se debe curar. Cuando te han cerrado en una prisión de este tipo, no sabes quién eres”.

Krzysztof asegura que gracias a su “sensibilidad de homosexual” es mejor sacerdote. “Los curas gays tienen una experiencia de dolor”, explica. Y eso que el Vaticana prohíbe a los homosexuales tomar los hábitos en virtud de una ley promulgada en 2005 por el Papa Benedicto XVI. “Y confirmada por nuestro Papa Francisco”, recuerda el ahora escritor y conferenciante.

Hasta aquel día de 2015 nadie conocía en la Congregación su verdadera orientación. “Sospechas existen siempre”, explica. “Pero no lo sabían, yo no tenía relaciones sexuales”. Krzysztof decidió salir del armario a lo grande, con dos entrevistas y una posterior rueda de prensa en la que estaba presente su pareja. “Salir por una puerta lateral era continuar en un armario de vergüenza. Como inquisidor, debía dar un paso fuerte, de protesta”.

Durante años fue capaz de guardar su secreto en el ambiente conspiranóico de la Congregación para la Doctrina de la Fe, la “inquisición” como la denomina él. Pero es posible que no fuera el único. Según Krzysztof, el 50% de los curas del Vaticano son homosexuales. “Es una intuición que sale de mi experiencia, de mi conocimiento de este ambiente”.

Pero para Krzysztof, lo importante de esta cifra es la llamada de atención que supone para la Iglesia: “Por favor, verifiquen esta cifra y traten seriamente a estas personas, que son buenos curas”, pide públicamente a las altas instancias. Pero también tiene una explicación para la prevalencia de este sorprendente porcentaje. “En el pasado los homosexuales se refugiaban en la Iglesia. Allí podían vivir su propia vida. La Iglesia, promoviendo la homofobia, te daba también una protección ante esta persecución, solo tienes que esconderte”.

Cuando Krzysztof hizo pública su homosexualidad, no encontró el apoyo de ninguno de sus compañeros. “La reacción fue un miedo perfecto. El Vaticano se mostró como una institución que está paralizada”. Tampoco recibió la esperada llamada del Papa Francisco, al que envió una carta privada a la vez que aireaba su condición. No cree el polaco en la actitud de apertura que mostró el pontífice argentino en sus primeros tiempos. “Dijo que debíamos ser más prudentes, empezar a tratar a los gays seriamente”, recuerda al tiempo que lamenta que esos primeros gestos no fueran más allá. “El Papa Francisco ha negado toda su apertura, muchos hoy hablan de una manipulación pública. Ha maquillado la cara de la Iglesia y al mismo tiempo ha confirmado una ley antigay que recuerda a la Alemania de Hitler”.

A pesar de todo, Krzysztof sigue rezando cada día. Rezando también para que la Iglesia se adapte a los tiempos que corren. “No tengo duda de que cambiará. La Iglesia está en un momento de decadencia que ha vivido muchas veces en el pasado. Y siempre se repite el mismo pecado: el crimen moral de no respetar el desarrollo de la razón. Como cristianos debemos dialogar, esa fue la actitud de Jesús”.