Domingo 5º del Tiempo Ordinario Ciclo A

Mateo 5,13-16:

 

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente.

 

Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte. Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa. Brille así vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en los cielos».

Palabra del Señor

 

 

Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán?

Vosotros“. Los que habéis escogido la fe en el reino de Dios, sois como la sal en una sociedad a la que vais a llevar el reino del Padre Dios. Pero no os volváis insípidos. La sociedad, incluso las llamadas iglesias, necesita la sal de los que conservan el sabor de la fe. Pero si también vosotros perdéis la fe ¿quién salará a los demás? Si el mundo o la iglesia no “sabe bien” es que les falta sal. No son los cleros o monjas. Todos los creyentes llevamos el sabor a Dios a una sociedad que necesita que su vida tenga más sabor u otro sabor.

 

Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte.

Evangelio de Tomás: “Hay luz en un hombre iluminado, e ilumina al mundo entero. Si no ilumina, está oscuro.”

La luz en la tierra viene del sol. La luz en el reino de Dios viene de la fe. Si falla la fe, viene la oscuridad. El mensajero del reino que pierde la fe es como un eclipse. Andamos a oscuras. Es urgente que seamos iluminados para iluminar a los que se sientan ciegos.

 

“Brille así vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en los cielos”.

La luz suele ser una esperanza acogedora. Una ciudad o un barrio a oscuras producen miedo, desconcierto y desconfianza. El mensajero del reino que anuncia Jesús, camina con luz y nos conduce al Padre Dios.

 

Estas son palabras muy antiguas de Jesús. Del tiempo en el que era mensajero del reino. Ahora somos nosotros.

 

 

Luis Alemán Mur