Salmo XXVIII

R/. El Señor bendice a su pueblo con la paz

Hijos de Dios, aclamad al Señor
aclamad la gloria del nombre del Señor,
postraos ante el Señor en el atrio sagrado. R/.

La voz del Señor sobre las aguas,
el Señor sobre las aguas torrenciales.
La voz del Señor es potente,
la voz del Señor es magnífica.
El Dios de la gloria ha tronado.

En su templo un grito unánime: «¡Gloria!»

El Señor se sienta por encima del aguacero,

el Señor se sienta como rey eterno. R/.

El Señor bendice a su pueblo con la paz

Allí donde realmente está Dios, allí está la paz.
En el individuo, en la familia, en el pueblo si no hay paz, falta Dios.
Si hay tormentas, puede estar Dios.
La guerra echa a Dios.
El odio echa a Dios.

Busca la paz y encontrarás a Dios.
Convierte al enemigo en hermano y te encontrarás con Dios

Perdona y encontrarás a Dios y la paz.
Sin paz se puede vivir un día, pero no una vida.

Luis Alemán Mur