EPIFANÍA

Frase evangélica: «Venimos a adorarlo»

Tema de predicación: LA MANIFESTACIÓN DE DIOS

1. «Epifanía» significa revelación, manifestación. De hecho, en la vida se dan muchas revelaciones superficiales, como son ciertas «apariciones», cábalas, horóscopos, etc. La manifestación de Dios es revelación a través de cosas sencillas, en consonancia con el evangelio, dentro de un clima de confianza y esperanza, para que la vida sea más humana y más cristiana.

2. La fiesta de Reyes es epifanía de un niño adorado por los magos, que representan al mundo pagano, a los extranjeros (universalismo de la salvación). Los magos se ponen en camino y retornan por otra senda (conversión como giro de conducta). Son guiados por una estrella (luz que proviene de Dios). Dan lo mejor de sí mismos.

3. Pero también es epifanía de un niño temido por los poderosos, a saber, los que ocupan los centros del poder y del dinero y se dicen «salvadores», cuando en realidad son dominadores y no se arrodillan ante Dios, porque se idolatran a sí mismos. Utilizan los saberes para matar. A veces si bien a pequeña escala, así somos también nosotros.

4. El centro de la Epifanía es la revelación de Jesús como Salvador, que está en la periferia, en el exilio, en el mundo ignorado, en los pobres y marginados. Para descubrirlo y adorarlo se nos exige una toma de decisión, ponernos en camino y llegar hasta el Señor. El niño es presentado por María, con la presencia de José, indispensable a pesar de no pronunciar palabra. Dios se hace presente en el mundo a través de quienes lo muestran con sus actitudes, más que con sus palabras.

REFLEXIÓN CRISTIANA:

¿Cómo hemos vivido las Navidades que han pasado?

BAUTISMO

Frase evangélica: «Éste es mi hijo, el amado, el elegido»

Tema de predicación: LA INVESTIDURA DEL MESÍAS

1. El evangelio comienza con la aparición de Juan, cuyo bautismo no es mero rito de ablución o simple agregación al pueblo judío, sino conversión, vuelta a la alianza, nuevo nacimiento. Sin embargo, Juan entiende al juez escatológico como un ser terrible y entregado al exterminio de sus enemigos. La muerte de Jesús no encaja con sus esquemas; por eso duda en bautizarlo. Jesús, con la plenitud del Espíritu, está inmerso en la masa de pecadores que, mediante un bautismo de perdón, inician un camino de libertad y de liberación.

2. El bautismo de Jesús -primera manifestación de su ministerio público- es signo de su compromiso con la justicia del reino de Dios. La voz del cielo (voz de Dios) ratifica el compromiso de Jesús, el cual está en total «apertura» a Dios para realizar la nueva creación, figurada por el descenso de la «paloma». Afirmar que Jesús es el Hijo predilecto significa su entronización como rey escatológico.

3. La misión de la Iglesia y de los cristianos consiste en que se cumpla la justicia de Dios, lo cual incluye dos cosas: total sumisión a la voluntad del Dios del reino y completa solidaridad con el pueblo de Dios. Por haber practicado durante siglos el bautismo de niños como rito religioso, sin compromiso efectivo con la justicia, hemos desnaturalizado el mundo sacramental. Necesitamos revalorizar el significado del agua bautismal y la donación del Espíritu para aceptar el nuevo nacimiento, la conversión cristiana; el compromiso de una vida renovada.

REFLEXIÓN CRISTIANA:

¿Qué semejanzas y diferencias vemos entre el bautismo de niños y el de adultos?

¿Es nuestro bautismo un sacramento de fe y de compromiso?