Salmo CXX

R/. El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra

Levanto mis ojos a los montes:

¿de dónde me vendrá el auxilio?
El auxilio me viene del Señor,
que hizo el cielo y la tierra

No permitirá que resbale tu pie,
tu guardián no duerme;
no duerme ni reposa
el guardián de Israel.

El Señor te guarda a su sombra,
está a tu derecha;
de día el sol no te hará daño,
ni la luna de noche.

El Señor te guarda de todo mal,
él guarda tu alma;
el Señor guarda tus entradas y salidas,
ahora y por siempre. R/.

El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra 
Aquí entra la fe. Puede que un pueblo sin fe se encuentre se encuentre desvalido. Quizá la fe no sea un relleno. Quizá el hombre necesite a Dios. Quizá todos necesitamos que Dios exista. 
El Señor guarda tus entradas y salidas, ahora y por siempre.
¡Ojalá Dios guarde tus entradas y salidas!
No olvides que Dios no duerme.

Luis Alemán Mur