Salmo LXVIII,

R/Humildes, buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón

Mi oración se dirige a ti, Dios mío, el día de tu favor;
que me escuche tu gran bondad, que tu fidelidad me ayude.
Respóndeme, Señor, con la bondad de tu gracia;
por tu gran compasión, vuélvete hacia mí.

Yo soy un pobre malherido;
Dios mío, tu salvación me levante.
Alabaré el nombre de Dios con cantos,
proclamaré su grandeza con acción de gracias

Miradlo, los humildes, y alegraos,
buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.
Que el Señor escucha a sus pobres,
no desprecia a sus cautivos.

El Señor salvará a Sión,
reconstruirá las ciudades de Judá
La estirpe de sus siervos la heredará,
los que aman su nombre vivirán en ella
 
Humildes, buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón
Yo pienso que este versículo es el centro de la vida de fe en Dios
¡Humildes, buscad al Señor!
No se invoca la pureza ni el cumplimiento de la Ley.
No te pide el salmo la santidad sino la humildad  
Yo soy un pobre malherido;
Dios mío, tu salvación me levante.
Alabaré el nombre de Dios con cantos,
proclamaré su grandeza con acción de gracias
 

Luis Alemán Mur