“La nulidad, cuestión canónica. La comunión, cuestión de conciencia” Juan Masiá, sj

“Al hacerlo así, Francisco va mucho más lejos que el Sínodo”

“Esa pequeña nota es la que os da luz verde para acudir a los sacramentos”

Jesús Bastante

El Papa firmó los Motu Proprio sobre las nulidades

Juan Masiá, sj..- Si no tienen tiempo para el capítulo 8 de Amoris laetitia, ¿con qué párrafo se quedarían? Alguien dice que con la nota de pie de página 351. Otros preferirán el número 300, que aclara bien la diferencia entre dos cuestiones: La pregunta por la nulidad matrimonial es cuestión canónica. La pregunta por la comunión de divorciados es cuestión de conciencia.

Una pareja (que llevaba, por cierto, unos años lamentando su propia situación de divorciados vueltos a casar y echando de menos los sacramentos) respondió así: “Nosotros nos quedamos con la nota 351, menos mal que nos la descubrieron los periodistas al preguntarle al Papa por ella. Repite las dos frases famosas de Francisco: la confesión no es una sala de tortura y la comunión no es premio para fuertes, sino medicina para débiles. Lástima, decían, que solo diga eso en una nota de letra pequeña de una carta de más de trescientas paginas…”

Pues tenéis razón en lo primero (la importancia de esas dos citas), pero no en lo segundo (que solo sea esa pequeña nota la que os da luz verde para acudir a los sacramentos).

Yo me quedaría con el párrafo número 300, toda una página entera sobre el discernimiento; distingue las cuestiones canónicas, que se tratan por vía jurídica según normativas de derecho canónico, y las cuestiones de conciencia, que se tratan por vía de discernimiento, ante Dios en oración y con la ayuda del acompañamiento pastoral.

El problema de solicitar una declaración de nulidad del matrimonio anterior es una cuestión que se trata por vía judicial canónica. El Sínodo de 2014 propuso al Papa que se reformasen “los procedimientos para el reconocimiento de los casos de nulidad” (Relatio Sinodi, 2014, n.48). El Papa respondio creando la comisión para estudiarlo y publicó (sin esperar al Sínodo siguiente) el Motu proprio Mitis Dominus Iesus, con el que descentraliza el tratamiento canónico de estos casos y reforma la normativa correspondiente.

En el Sínodo del 2015 los obispos propusieron (Relatio final, 2015n.84) que “las personas bautizadas divorciadas y vueltas a casar civilmente sean integradas en las comunidades cristianas de diversas maneras posibles evitando dar lugar a escándalo“, Francisco recoge la propuesta y la hace suya, pero esta vez la respuesta a una pregunta sobre pastoral de sacramentos no remite a la vía jurídica, sino a la via espiritual y moral del discernimiento (que es el gran tema de este capítulo de Amoris laetitia.