Domingo X del Tiempo Ordinario – Ciclo C

Evangelio según Lucas 7,11-17

En aquel tiempo, iba Jesús camino de una ciudad llamada Naín, e iban con él sus discípulos y mucho gentío. Cuando se acercaba a la entrada de la ciudad, resultó que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda; y un gentío considerable de la ciudad la acompañaba. El muerto se incorporó y empezó a hablar, y Jesús se lo entregó a su madre. Todos, sobrecogidos, daban gloria a Dios, diciendo: «Un gran Profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo.» La noticia del hecho se divulgó por toda la comarca y por Judea entera.

Problema histórico

¿Es un hecho histórico o una composición literaria a las que tan inclinado es Lucas, para afirmar “Un gran Profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo.”? Si es una composición literaria ¿a quién copia Lucas, a Elías con la resurrección del hijo de la viuda de Sarepta? (1 Re 17, 17-24) ¿Al profeta Eliseo con la resurrección del hijo de la mujer de Senén? (2Re 4,18-37)

Incluso hay quien ha querido ver este evangelio como copia de un hecho similar contado en el tercer siglo por Filóstrato y protagonizado por Apolonio de Tiana.

Jesús camino de una ciudad llamada Naín.

La historia se sitúa en un poblado a unos 12 km al sur de Nazaret. Es la única vez que aparece en toda la biblia. Este relato se debe exclusivamente a la tradición.

Al verla el Señor, le dio lástima y le dijo: «No llores.»

Se siente impulsado a difundir el reino de Dios, pero el dolor de una viuda al que entierran a su hijo único, acapara su actividad para hacer que el Padre devuelva el hijo a su madre.

Se acercó al ataúd, lo tocó (los que lo llevaban se pararon) y dijo: “¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate!”.

Ese muchacho es el pueblo. Es la sociedad la que no tiene vida. El reino que él trae es vida. El Padre no puede ser más que vida. Lo que Jesús hace es un signo evidente de que “Dios ha visitado a su pueblo”. Jesús es mensajero de la vida del Dios vivo.

La noticia del hecho se divulgó por toda la comarca y por Judea entera.

La divulgación de la noticia por Judea prepararía su muerte. Al poder político y religioso no le gustaban los profetas.

A nosotros nos queda esa orden que solo puede venir de un mensajero de Dios.

Hay pueblos enteros que esperan de los mensajeros de Jesús esa frase que venga de los que creen en Jesús o, al menos, en el hombre.

Luis Alemán Mur.