Lo más que se puede decir de la raza del Dios cristiano es que el mensajero enviado era judío. Lo cual no implica que el Dios que lo envió fuera judío ni que la teología que explicó durante su vida fuera la teología de los judíos.

Jesús, al no ser extraterrestre ni un apéndice histórico, se nació y aprendió una religión concreta, la judía. Esto explica su frecuente recurso a la ley y los profetas, núcleo de la religiosidad de su familia y su pueblo. Es más, escogió a un grupo de judíos entre los más fervientes.

El primero que se hizo cristiano fue Jesús. A sus seguidores les costó tiempo y dolor. Alguno de ellos, según parece murieron más judíos que cristianos. La historia nos enseña que abandonar una religión cuesta mucho.

La conversión de Jesús al cristianismo fue rápida, pero no sin complicaciones. La primera lección se la dio una mujer cananea a la que Jesús llamó perra, piropo que los judíos dedicaban a los que no eran del Dios judío. Aquella perra extrajera al estar angustiada necesitaba un Dios más grande que el judío.

Jesús se encontraba con el dolor humano por los caminos y las aldeas por donde pasaba: cojos, paralíticos, leprosos, endemoniados (enfermedad de locos y deformados) llenó de angustia su corazón y es de suponer que fue tema para las noches en oración. Y con el dolor y el hambre de los hombres maduró su teología judía hasta dejarse iluminar de lleno por la teología cristiana.

El judío creía en un Dios dominante supeditado a la Ley. La marginación de los leprosos, la adultera apedreada o la hemorroisa atormentada en su intimidad eran claros ejemplos de lo que hacía con el hombre y la mujer el Dios fabricado por la sociedad judía. Parece que Jesús aprendió más sobre su Padre mirando al hombre que cumpliendo la Ley judía. En Jesús triunfó el Dios del amor al hombre, y se superó la era del Dios de la Ley.

El engarce del Antiguo con el Nuevo Testamento produjo no pocas discusiones y sectas por todos los frentes. Para la cultura y raza griega, “El Antiguo Testamento divulgado con la Versión de los Setenta fue considerado como un documento monstruoso, bárbaro y oscuro, o repugnante cuando era comprensible ¿Por qué los cristianos debían permanecer en él?” (Paul Johnson)
Quizá no se tuvo en cuenta de que la historia no es la suma de partes aisladas sino una evolución. No es posible entender el hoy sin un ayer. O todo judío lleva un cristiano en sus sueños. O lo que es peor, todo cristiano lleva un judío en su moral.

Dicen que inicialmente era un obispo del montón producto de Derecho Canónico. Al encontrarse con su pueblo hambriento y apaleado, se hizo cristiano. Y a pesar de las tarascadas de Juan Pablo supremo pontífice, siguió siendo cristiano. A las 6 y 25 minutos de la tarde del 24 de marzo de 1980, el Arzobispo Oscar Arnulfo Romero fue asesinado de un balazo certero. Por amar al pueblo y elegir al hombre, y ser cristiano.

Luis Alemán Mur