Salmo XVIII

 Tus palabras, Señor, son espíritu y vida

La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante.

Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos.

La voluntad del Señor es pura
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos.

Que te agraden las palabras de mi boca,
y llegue a tu presencia
el meditar de mi corazón,
Señor, roca mía, redentor mío. R/.

 

Tus palabras, Señor, son espíritu y vida 

Con tanto ruido de fuera y de dentro. Es difícil oír tus palabras.

Y sin tus palabras es todo un desierto y soledad.

Sin tu palabra, todo es noche y sequedad.

Luis Alemán Mur