“Señores Obispos: ¡déjennos ya en paz!”

“Se refieren a nosotros con frases que son motivo de indignación”

Las mujeres sólo tienen acceso a seis sacramentos

“¿Por qué no leemos más el Evangelio, estudiamos más y mejor a Jesús y hablamos de lo que hizo dijo el Señor, en lugar de tanto hablar de lo que hacen o tendrían que hacer las mujeres?”

 Señores Obispos de la Conferencia Episcopal, con el debido respeto, que merecen Vds. por el cargo que ocupan, les escribo esta carta. Para pedirles que se pregunten a Vds. mismos por qué, con frecuencia, ocurre que algunos prelados hablan sobre las mujeres, o se refieren a nosotras, con frases y expresiones que son motivo de indignación, en unos casos, de risa en otras ocasiones, y de desprecio para la Iglesia que Vds. representan.

Leí, una vez, que los antiguos decían: “De la abundancia del corazón, habla la boca”. Por eso yo me pregunto, ¿que llevarán en su corazón esos obispos, que se acuerdan tanto de las mujeres y, con demasiada frecuencia, se acuerdan de nosotras para humillarnos o despreciarnos, por más que usen palabras o frases bonitas con las que seguramente intentan maquillar el desprecio que llevan en lo más hondo de su alma?

Por favor, háganse simplemente esta pregunta: ¿Por qué no leemos más el Evangelio, estudiamos más y mejor a Jesús y hablamos de lo que hizo dijo el Señor, en lugar de tanto hablar de lo que hacen o tendrían que hacer las mujeres? Por lo que más quieran, señores obispos, ¡déjennos ya en paz! ¡¡Ya está bien, Ya está bien!!

Margarita Orozco