Salmo XII, 

 Gritad jubilosos:
«Qué grande es en medio de ti el Santo de Israel»
 

El Señor es mi Dios y salvador:
confiaré y no temeré,
porque mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi salvación.
Y sacaréis aguas con gozo
de las fuentes de la salvación.

Dad gracias al Señor,
invocad su nombre,
contad a los pueblos sus hazañas,
proclamad que su nombre es excelso. R/.

Tañed para el Señor, que hizo proezas,
anunciadlas a toda la tierra;
gritad jubilosos, habitantes de Sión:
«Qué grande es en medio de ti
el Santo de Israel.»

 

«Qué grande es en medio de ti el Santo de Israel» «Qué grande es en medio de ti el Santo de Israel.»

El Santo de Israel era el rey de Israel. El pueblo era de una fe tan nacionalista que pensaba que su gobernante era el elegido por Iahvé para su pueblo elegido.

Dad gracias al Señor, invocad su nombre, contad a los pueblos sus hazañas, Proclamad que su nombre es excelso

Contad a los demás pueblos que somos los más grandes, los mejores.

Los cristianos no deberían imitar a los judíos.

Luis Alemán Mur