Salmo responsorial: XXXII

Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad.

La palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra.

La palabra del Señor hizo el cielo;
el aliento de su boca, sus ejércitos,
porque él lo dijo, y existió,
él lo mandó, y surgió.

Los ojos del Señor están puestos en sus fieles,
en los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre.

Nosotros aguardamos al Señor:
él es nuestro auxilio y escudo;
que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.

 

Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad. 
No cabe duda que el salmo rezuma nacionalista. Israel está hecho a base de creerse el escogido. Así se escribió su historia y su espiritualidad. Pero nada de esto acabó bien. 
 
 Los ojos del Señor están puestos en sus fieles, en los que esperan en su misericordia, 
Los ojos del Señor están puestos en sus fieles, en los que esperan en su misericordia. Ese resulta que es el pueblo del Señor: los que esperan en su misericordia.

Luis Alemán Mur