10 de mayo

Lectura del santo evangelio según san Juan (15,9-17):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud. Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure. De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé. Esto os mando: que os améis unos a otros.»

«Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; Leer y meditar despacio el evangelio este domingo en Nepal. Los que somos creyentes hemos de acostumbrarnos a leer los evangelios en cualquier época y en cualquier circunstancia. Loa evangelios tienen de fondo a un Dios que supera nuestro conocimiento. ¿Qué relación tiene Dios con el Universo con nuestra Historia, con nuestro nacer y nuestro morir? Podemos y debemos estudiar a nuestro Dios, pero hoy por hoy mientras vivimos aquí abajo, siempre, siempre tendremos que recurrir a la Fe: Señor, no te entendemos, pero nos fiamos de Ti.

“Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud”. Este evangelio de Juan, forma parte de un larguísimo discurso de Jesús antes de salir al huerto de los Olivos donde empezará su última batalla. Juan como todos los que narraban batallas, aprovecha el momento para recoger el pensamiento del Maestro. Y su pensamiento (increíble) en momentos tan dramáticos es no solo su alegría sino la necesidad de transmitirla.

“Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado”. Por si hubiera dudas: la Torá, como derecho canónico de Israel ha finiquitado. Este es el mandamiento de la Nueva Ley. La ley de la Era de Jesús, la ley que salvará al mundo: la esperanza de la humanidad. Ya no podemos enredar con “otros cristianismos”. El mandamiento de Jesús queda claro, para cumplirlo en Madrid, en Katmandú, en Vallecas, en un restaurante cinco estrellas y en el hospital de la Paz.

“Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer”.
“Todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer”. Pero al mismo Jesús le quedaba mucho por oír al Padre. Por lo visto, al Padre se le oye y se le entiendo, después de la muerte. 

Luis Alemán Mur