Salmo XVIII, R/.

Señor, tú tienes palabras de vida eterna

La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor
es fiel e instruye al ignorante.

Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos. R/.

La voluntad del Señor
es pura y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos.

Más preciosos que el oro,
más que el oro fino;
más dulces que la miel
de un panal que destila.

 

La ley del Señor es perfecta  

Para un cristiano ya no hay más ley que la vida de Jesús. “Este es mi cuerpo. Esta es mi vida. Esta es la nueva alianza” Regada, como se hacía siempre para firmar los contratos (alianzas) con sangre

Por eso: Señor, tú tienes palabras de vida eterna

 Luis Alemán Mur