V CENTENARIO SANTA TERESA 

Tras un recorrido por el tratadillo de oración inserto en el relato autobiográfico de Santa Teresa, ahora veremos los capítulos sobre el comentario al Padrenuestro que hace en su querido libro Camino de Perfección, dirigido directamente a las monjas de los conventos por ella fundados, pero que, como experiencia de oración, sirven para todos.

En el libro Camino de perfección Teresa expone su pedagogía de la oración partiendo de las palabras del Padrenuestro desde el capítulo 21 hasta el 42 y último. No hace una exposición sistemática, sino que irá diciendo sus propias convicciones e irá intercalando oraciones espontáneas, a ella le resulta imposible hablar de oración sin hacerla. Previamente en el capítulo 16,5 ya dice: “Así que, hijas, si queréis que os diga el camino para llegar a la contemplación, sufrid que sea un poco larga en cosas aunque no os parezcan luego tan importantes, aunque a mi parecer no lo dejan de ser…” comienza a poner las bases para este camino de oración y, como ya vimos en el libro de la Vida, es fundamental las virtudes. Porque una oración que se queda solo en los rincones de la soledad personal, no es oración. Lo central es el trato de amistad con Dios, y esa relación siempre es transformante o no es verdadera. Porque el amor es dinamizador de la persona, le hace salir de sí para vivir en entrega, es un vivir para los demás y no para sí mismos.

El segundo punto previo a la oración, que repite con insistencia y que también vimos ya en el libro de la Vida es la humildad. Es el cimiento sobre el que ha de edificar toda la oración, porque es el fundamento de toda madurez.

Más adelante en el capítulo 19 dice: “Que comienza a tratar de la oración. Habla con almas que no pueden discurrir con el entendimiento”. Siguiendo su pedagogía de oración, Teresa resuelve dudas, se anticipa a los posibles problemas o dificultades que surgen a lo largo del camino, siempre con un objetivo principal: la sintonía con los sentimientos de Jesús. Lo que importan, más que los contenidos, son las personas, los dos interlocutores principales de la oración Dios (Jesús) y la persona orante.

Textos para la lectura

Camino 16, 6. Quiero ahora declarar -porque algunas no lo entenderéis- qué es oración mental, y plega a Dios que ésta tengamos como se ha de tener; mas también he miedo que se tiene con harto trabajo si no se procuran las virtudes, aunque no en tan alto grado como para la contemplación son menester. Digo que no vendrá el Rey de la gloria a nuestra alma -digo a estar unido con ella- si no nos esforzamos a ganar las virtudes grandes. Quiérolo declarar, porque si en alguna cosa que no sea verdad me tomáis, no creeréis cosa, y tendríais razón si fuese con advertencia, mas no me dé Dios tal lugar; será no saber más, o no lo entender. Quiero, pues, decir que algunas veces querrá Dios a personas que estén en mal estado hacerles tan gran favor para sacarlas por este medio de las manos al demonio.

9.- Cuando no nos damos a Su Majestad con la determinación que El se da a nosotros, harto hace de dejarnos en oración mental y visitarnos de cuando en cuando, como a criados que están en su viña. Mas estotros son hijos regalados, no los querría quitar de cabe sí; ni los quita, porque ya ellos no se quieren quitar; siéntalos a su mesa, dales de lo que come hasta quitar el bocado de la boca para dársele.

10. ¡Oh dichoso cuidado, hijas mías! ¡Oh bienaventurada dejación de cosas tan pocas y tan bajas, que llega a tan gran estado! Mirad qué se os dará, estando en los brazos de Dios, que os culpe todo el mundo. Poderoso es para libraros de todo, que una vez que mandó hacer el mundo, fue hecho: su querer es obra. Pues no hayáis miedo que si no es para más bien del que le ama, consienta hablar contra vos: no quiere tan poco a quien le quiere. Pues ¿por qué, mis hermanas, no le mostraremos nosotras, en cuanto podemos, el amor? Mirad que es hermoso trueco dar nuestro amor por el suyo.
Mirad que lo puede todo y acá no podemos nada sino lo que El nos hace poder. Pues ¿qué es esto que hacemos por Vos, Señor, Hacedor nuestro? Que es tanto como nada, una determinacioncilla. Pues si lo que no es nada quiere Su Majestad que merezcamos por ello el todo, no seamos desatinadas.

11. ¡Oh Señor! que todo el daño nos viene de no tener puestos los ojos en Vos, que si no mirásemos otra cosa sino al camino, presto llegaríamos; mas damos mil caídas y tropiezos y erramos el camino por no poner los ojos -como digo- en el verdadero camino. Parece que nunca se anduvo, según se nos hace nuevo. Cosa es para lastimar, por cierto, lo que algunas veces pasa.

Camino 17 1. Parece que me voy entrando en la oración, y fáltame un poco por decir, que importa mucho, porque es de la humildad y es necesario en esta casa; porque es el ejercicio principal de oración y, como he dicho, cumple mucho tratéis de entender cómo ejercitaros mucho en la humildad, y éste es un gran punto de ella y muy necesario para todas las personas que se ejercitan en oración: ¿cómo podrá el verdadero humilde pensar que es él tan bueno como los que llegan a ser contemplativos? Que Dios le puede hacer tal, sí, por su bondad y misericordia. Mas, de mi consejo, siempre se siente en el más bajo lugar, que así nos dijo el Señor lo hiciésemos y nos lo enseñó por la obra. Dispóngase para si Dios le quisiere llevar por ese camino.

6. Acuérdense que es menester quien le guise la comida, y ténganse por dichosas en andar sirviendo con Marta. Miren que la verdadera humildad está mucho en estar muy prontos en contentarse con lo que el Señor quisiere hacer de ellos, y siempre hallarse indignos de llamarse sus siervos. Pues si contemplar y tener oración mental y vocal y curar enfermos y servir en las cosas de casa y trabajar -sea en lo más bajo-, todo es servir al Huésped que se viene con nosotras a estar y a comer y recrear, ¿qué más se nos da en lo uno que en lo otro?

CAPÍTULO 18: Que prosigue en la misma materia y dice cuánto mayores son los trabajos de los contemplativos que de los activos. -Es de mucha consolación para ellos. 1. Pues yo os digo, hijas, a las que no lleva Dios por este camino, que a lo que he visto y entendido de los que van por él, que no llevan la cruz más liviana y que os espantaríais por las vías y maneras que las da Dios. Yo sé de unos y de otros, y sé claro que son intolerables los trabajos que Dios da a los contemplativos, y son de tal suerte, que si no les diese aquel manjar de gustos no se podrían sufrir. Y está claro que, pues lo es que a los que Dios mucho quiere lleva por camino de trabajos, y mientras más los ama, mayores, no hay por qué creer que tiene aborrecidos los contemplativos, pues por su boca los alaba y tiene por amigos. 2. Pues creer que admite a su amistad estrecha gente regalada y sin trabajos, es disparate.

Mª Rosa Bonilla