Salmo  XXIV,
R/.
Tus sendas, Señor, son misericordia y lealtad
para los que guardan tu alianza

Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador.

Recuerda, Señor, que tu ternura
y tu misericordia son eternas.
Acuérdate de mí con misericordia,
por tu bondad, Señor. R/.

El Señor es bueno y es recto,
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes. R/.

Tus sendas, Señor, son misericordia y lealtad para los que guardan tu alianza 
Guardar tu alianza es, Señor, no darte nunca las espaldas
  
“enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. 
Haz, Señor, que nunca olvide que Tú eres mi Dios y Salvador 
 
Enseña su camino a los humildes 
Que tu Espíritu me conserve humilde
 

Luis Alemán Mur