CUARTO DOMINGO TIEMPO ORDENADO

Frase evangélica: «No enseñaba como los letrados sino con autoridad»

Tema de predicación: LA LIBERACIÓN DE LO DEMONÍACO

1. Es muy frecuente en las sociedades primitivas la creencia popular en los demonios: ciertas enfermedades psíquicas son consideradas obra del diablo. De ahí que se recurra a toda clase de exorcismos. No creen en el diablo los que son víctimas de lo demoníaco. Hoy se discute sobre la importancia de Satán en la vida humana.

2. A pesar de que los evangelios relatan escenas de una lucha de Jesús contra «espíritus inmundos», el NT nunca califica a Jesús de «exorcista» ni de «mago». La acción antidemoníaca de Jesús consiste en someter a «lo diabólico» para establecer el reino. El denominado «enemigo» es un misterioso poder opresor que actúa en contra del hombre, al que aliena, y en contra de Dios, al que pretende arrebatar su fuerza. Recordemos que el mal demoníaco, superior a la culpa humana, es inferior a la fuerza de Dios o a la actividad de Jesús.

3. La lucha antidiabólica es una parte de la praxis liberadora, ya que la injusticia es provocada por el príncipe de los demonios y sus secuaces. Acciones demoníacas son hoy, por ejemplo, las guerras por el control del poder, el pésimo reparto de los bienes de este mundo, el comercio de armas mortíferas, la violación sistemática de los derechos humanos, etc. En definitiva, el mundo amenazado por lo diabólico es liberado cuando cambia de señor; entonces se instaura el reino.

REFLEXIÓN CRISTIANA:

¿Cuándo hablamos o actuamos con espíritu diabólico?

¿Detectamos lo demoníaco en este mundo?

CASIANO FLORISTAN