Ha sido un clamor del Papa Francisco durante estas fiestas después de besar los pies de una imagen del niño Jesús: “El mundo necesita ternura”
Una exclamación propia de un profeta del Nuevo Testamento. El profeta no tiene por qué presumir de luz especial para ver el futuro. Lo propio del profeta es profundizar en el hoy y proclamarlo.
Este Francisco no hizo cursos para papa. Pero venía ya de profeta. La profecía es un signo externo de que se lleva a Dios por dentro. El profeta ve con los ojos de Dios.
Puede que al mundo, y en concreto a la iglesia de Jesús le sobren dogmas, cánones y ritos. Esto no lo ha dicho el Papa. Lo digo yo. Y no creo equivocarme.
Luis Alemán Mur