Salmo CXXVII,

R/. Dichoso el que teme al Señor

Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos.
Comerás del fruto de tu trabajo,

serás dichoso, te irá bien.
Tu mujer, como parra fecunda,
en medio de tu casa; tus hijos,
como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa.

Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sion,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida. R/.

Dichoso el que teme al Señor.
La vida tiene mucho de serio. Vivir no es una broma.

Comerás del fruto de tu trabajo
Esta tierra no es para holgazanes. El peor desastre de un pueblo son las masas de parados. Gobernantes y poderosos deberían confesar su gran parte de culpa.

Luis Alemán Mur