(EXISTEN VERSIONES DESCARGABLES EN https://www.luis-aleman.info/historico-evangelio/)

28 sept 26º del Tiempo Ordinario

Mateo 21,28-32

Dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: «¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: “Hijo, ve hoy a trabajar en la viña.” Él le contestó: “No quiero.” Pero después recapacitó y fue. Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: “Voy, señor.” Pero no fue. ¿Quién de los dos hizo lo que quería el padre?» Contestaron: “El primero.» Jesús les dijo: «Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia, y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, vosotros no recapacitasteis ni le creísteis.»

Dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo Él le contestó: “No quiero.” Pero después recapacitó y fue. Se acercó al segundo y le dijo lo mismo Él le contestó: “Voy, señor.” Pero no fue

He aquí una radiografía de la religiosidad de Israel. Cuando la Ley se ha multiplicado en códigos de leyes que lo invaden todo. A la hora de comer, a la hora de rezar, para casarse, para divorciarse, para perdonarse, para lavarse etc. El fiel judío llevaba acuestas su Torá para no saltarse una ley, por pequeña que fuese. Estaba diciendo “sí” a Iahvé en todo momento. En apariencia era un hombre muy religioso a base de rezos y leyes. Pero en realidad Iahvé iba por unos caminos muy distintos de los del pueblo.

«Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del reino de Dios. Dios que ve el corazón de los hombres y mujeres, ve mucha más verdad en el corazón de los publicanos (sucios porque manoseaban y vivían del dinero impuro) y más verdad en el corazón de las prostitutas (impuras a base de manosear el cuerpo de los jóvenes o adúlteros)

“Vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia, y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, vosotros no recapacitasteis ni le creísteis.»

El corazón de una prostituta o de un publicano está más abierto a recibir la palabra de Dios que el corazón de los santones. Cuando un pueblo o una religión o un Templo están tan satisfechos de sí mismo quedan incapacitados para oír a los profetas o incluso la voz de Dios. El saber o la santidad pueden llenar. Y por lo visto a Dios le hace falta hueco para entrar o ventanuco para iluminar.

La mesa que se prepara en la eucaristía es mesa de pobres. Si cada uno lleva su comida preparada, puede que salga satisfecho, pero no de fraternidad.

Da la impresión de que Jesús se pasó al hablar de las prostitutas y publicanos. A lo mejor no hemos entendido el evangelio.

Luis Alemán Mur