Salmo LXXVII,

R/. No olvidéis las acciones del Señor

Escucha, pueblo mío, mi enseñanza,
inclina el oído a las palabras de mi boca:
que voy a abrir mi boca a las sentencias,
para que broten los enigmas del pasado. R/.

Cuando los hacía morir, lo buscaban,
y madrugaban para volverse hacia Dios;
se acordaban de que Dios era su roca,
el Dios Altísimo su redentor. R/.

Lo adulaban con sus bocas,
pero sus lenguas mentían:
su corazón no era sincero con él,
ni eran fieles a su alianza. R/.

Él, en cambio, sentía lástima,
perdonaba la culpa y no los destruía:
una y otra vez reprimió su cólera,
y no despertaba todo su furor. R/.

Lo adulaban con sus bocas, pero sus lenguas mentían
¿Es esa la relación de las religiones con sus dioses?
¿Son nuestras Iglesias centros religiosos para mentir?
¿Se puede decir que en la Meca y el Vaticano se concentran las mentiras de la Tierra ofrecidas a Dios?

Él, en cambio, sentía lástima, perdonaba la culpa y no los destruía

Luis Alemán