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Día 10 agosto Domingo 19 tiempo ordinario

Mat 14,22-33

Jesús apremió a sus discípulos a que subieran a la barca y se le adelantaran a la otra orilla

Y, después de despedir a la gente, subió al monte a solas para orar

Mientras tanto, la barca iba ya muy lejos de tierra, sacudida por las olas, porque el viento era contrario.

De madrugada se les acercó Jesús, andando sobre el agua. Los discípulos, viéndole andar sobre el agua, se asustaron y gritaron de miedo, pensando que era un fantasma.

Jesús les dijo en seguida: «¡Ánimo, soy yo, no tengáis miedo!»

Pedro le contestó: «Señor, si eres tú, mándame ir hacia ti andando sobre el agua.»

Él le dijo: «Ven.»

Pedro bajó de la barca y echó a andar sobre el agua, acercándose a Jesús; pero, al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, empezó a hundirse y gritó: «Señor, sálvame.»

En seguida Jesús extendió la mano, lo agarró y le dijo: «¡Qué poca fe! ¿Por qué has dudado?»

Jesús apremió a sus discípulos a que subieran a la barca y se le adelantaran a la otra orilla No sé si Mateo el evangelista que escribió este evangelio 50 años después de que Jesús se fuera con el Padre vió la proyección histórica de esta escena:apremió a sus discípulos a que subieran a la barca” Id y haced discípulos de todas las naciones. Mirad que estoy con vosotros, hasta el fin (Mt 23, 19-20) Y, subió al monte a solas para orar.

Mientras tanto, la barca iba ya muy lejos de tierra, sacudida por las olas, porque el viento era contrario. El viento siempre ha sido contrario y la barca ha llegado muy lejos, a muchas orillas. De madrugada se les acercó Jesús. Los discípulos, viéndole andar sobre el agua, se asustaron y gritaron de miedo. ¿Qué produce más miedo, las olas y el viento en contra o la figura de Jesús? Hoy el miedo y el terror que domina al cardenalato y mucho clero la figura y los movimientos de Francisco dan la impresión de ser una reproducción del evangelio de Mateo.

Jesús les dijo en seguida: «¡Ánimo, soy yo, no tengáis miedo!» ¿No será esto lo que nos falta a todos? Hay que oír ese ¡Ánimo, soy yo, no tengáis miedo! Sean los vientos como sean, vengan de donde vengan. No confundamos a Jesús con un fantasma, aunque sea absurdo lo que nos diga como andar sobre las aguas.

«Señor, mándame ir hacia ti. Pedro bajó de la barca y echó a andar sobre el agua, acercándose a Jesús; pero, al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, empezó a hundirse y gritó: «Señor, sálvame.» El desconcierto invade a izquierdas y a derechas. Por lo que dice y por lo que insinúa. Por lo que dice y no hace, por lo que hace sin previo aviso.

Señor, ¡zarandea los viejos dogmas! ¡Zarandea la vieja moral!

¡Qué poca fe! ¿Por qué has dudado? 

Luis Alemán Mur.