Salmo CXLIV,

Te ensalzaré, Dios mío, mi rey;
Bendeciré tu nombre por siempre jamás.
Día tras día, te bendeciré
y alabaré tu nombre por siempre jamás.
El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas.
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas.
El Señor es fiel a sus palabras,
bondadoso en todas sus acciones.
El Señor sostiene a los que van a caer,
endereza a los que ya se doblan.

Alabaré tu nombre por siempre jamás ¡Que no me olvide nunca de tu nombre!. ¿Qué es la vida sin tu nombre? ¿Qué es el mundo sin tu nombre? ¿Qué es la historia sin tu nombre?

El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad; Hay días que leer un salmo como éste es un rocio bajado de las nubes. ¡Que dura la vida sin un Dios no misericordioso, un Dios colérico!

El Señor sostiene a los que van a caer. Endereza a los que ya se doblan. Hay salmos como éste que dan vida al moribundo; agua fresca en el desierto.

Luis Alemán Mur