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Ni el dinero ni el poder ni Dios son el motor de la evolución humana. Es el amor al hombre lo que salvará al hombre.

 Jesús a sus discípulos: “Si me amáis, guardaréis mis mandamientos”.
Yo le pediré al Padre que os dé otro defensor, que esté siempre con vosotros, el Espíritu de la verdad.
El mundo no puede recibirlo, porque no lo ve ni lo conoce; vosotros, en cambio, lo conocéis, porque vive con vosotros y está con vosotros.
No os dejaré huérfanos, volveré. Dentro de poco el mundo no me verá, pero vosotros me veréis y viviréis, porque yo sigo viviendo.
Entonces sabréis que yo estoy con mi Padre, y vosotros conmigo y yo con vosotros.
El que acepta mis mandamientos y los guarda, ése me ama; al que me ama lo amará mi Padre, y yo también lo amaré y me revelaré a él.»

“Si me amáis, guardaréis mis mandamientos” El gran conflicto religioso que presentó Jesús a sus seguidores es tener que elegir entre el sistema legal de la Antigua Alianza y su Nueva Alianza cuyo mandamiento nuevo es el amor al Padre y a los hermanos. Un conflicto que los creyentes como individuos o colectivamente como iglesia seguimos teniendo pendiente de solucionar: Ley o Amor. “Os doy un mandamiento nuevo: que os améis igual que yo os he amado, también vosotros amaos unos a otros” y en esto conocerán todos que sois discípulos míos, en que os tenéis amor entre vosotros” Jn 13, 34 La Nueva Alianza de Jesús cambia todo sistema religioso del pasado, presente o futuro. La raza humana llegará a su desarrollo pleno si incorpora a Jesús. No habrá política, ni economía, ni religión sin la visión de Jesús. Ni el dinero ni el poder ni Dios son el motor de la evolución humana. Es el amor al hombre lo que salvará al hombre.

“Pediré al Padre que os dé otro defensor, que esté siempre con vosotros, el Espíritu de la verdad”. No es posible comprender ni desarrollarse en el “reino de Dios” sin la permanente ayuda del Espíritu de la Verdad. En la sociedad de los hombres está todo muy confuso. Por muchos organismos que vigilen la verdad y las costumbres, la confianza habrá que ponerla en el Espíritu.

No os dejaré huérfanos, volveré. Dentro de poco el mundo no me verá, pero vosotros me veréis y viviréis, porque yo sigo viviendo. Todo lo que solemos llamar meditación y oración no tendrá pleno sentido si no es la conciencia de que Jesús vive. Vive en nosotros y vive en los demás. Aunque esta realidad sólo es captable por eso que llamamos fe. No nos dejará huérfanos, porque volverá. La fe del cristiano creyente se alimenta de esta seguridad: volverá. Y ese día sabremos que está identificado con el Padre. La Historia tendrá sentido. Nuestra historia tendrá sentido. Pero ahora solo la Fe y su mandato de amar como él hizo.

Luis Alemán Mur