Lecturas del Domingo 2º del Tiempo Ordinario – Ciclo B


Juan 1,35-42:

En aquel tiempo, estaba Juan con dos de sus discípulos y,
fijándose en Jesús que pasaba, dice: «Éste es el Cordero de Dios.»
Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús.
Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta: «¿Qué buscáis?»
Ellos le contestaron: «Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?»
Él les dijo: «Venid y lo veréis.»
Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día; serían las cuatro de la tarde. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús; encuentra primero a su hermano Simón y le dice: «Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo).»
Y lo llevó a Jesús.
Jesús se le quedó mirando y le dijo: «Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que se traduce Pedro).»

Palabra del Señor

La literatura del evangelio de Juan y sus cartas, se extienden un largo tiempo (desde el 30 al 80) no es propiedad de un solo autor. Intervienen varios autores bajo el mismo nombre: Juan. Este grupo Joánico fue expulsado del templo. Por tener la osadía de entrar a orar al Jesús de Nazaret y muerto en el Gólgota. El sentido fundamental de una parte del evangelio (E1) fue la justificación de la nueva comunidad juánica cuya finalidad era distinguirse frente al judaísmo.

En aquel tiempo, estaba Juan con dos de sus discípulos y,
fijándose en Jesús que pasaba, dice: «Éste es el Cordero de Dios.»

Que Jesús el de Nazaret fuera el cordero de Dios, además de una definición teológica era una ofensa para el judaísmo.

Ellos le contestaron: «Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?»

“Maestro”. Los discípulos de Juan le llaman por primera vez Maestro. Incluso hoy si alguien te llama maestro, quizás no haya ningún piropo mejor. Jesús sigue siendo, para los que creemos en él, no solo maestro sino el único Maestro

¿Dónde vives?

No en Roma, no en las catedrales. Según dijo él, en el hermano, en el pobre. Dos mil años y no acabamos de entender lo más sencillo de Jesús.

Palabra del Señor