LIMPIEZA DE PERSONAL EN EL VATICANO

El secretario de Benedicto XVI, apartado del círculo papal tras el polémico libro sobre el celibato

George Gänswein, secretario personal de Benedicto XVI, no asiste a actos oficiales desde hace más de dos semanas


 

George Gänswein. CPP | IBERPRESS

Era la sombra del papa Francisco en todas las audiencias y visitas de mandatarios extranjeros, pero desde hace varias semanas el arzobispo George Gänswein, histórico secretario de Benedicto XVI, está desaparecido. Una ausencia que coincide con la crisis desatada en el Vaticano tras la publicación en enero del libro del cardenal Robert Sarah en defensa del celibato sacerdotal, en el que colaboró el papa emérito, y que ha provocado una tormenta entorno a la figura del hombre más cercano al Pontífice alemán.

Oficialmente George Gänswein, conocido desde hace años como el ‘George Clooney del Vaticano’, sigue siendo prefecto de la Casa Pontificia, un cargo que le convierte en el responsable de acompañar al Papa en las audiencias públicas y recibir a los jefes de Estado y de Gobierno que llegan al Vaticano para reunirse con el Pontífice. Sin embargo, en los últimos días el encargado de recibir al presidente argentino, Alberto Fernández, o al vicepresidente estadounidense, Mike Pence, ha sido Leonardo Sapienza, regente de la Prefectura de la Casa Pontificia.

Los rumores en torno al futuro del secretario personal de Benedicto XVI y prefecto de la Casa Pontificia se incrementaron después de que el diario alemán ‘Die Tagespost’ publicara esta semana que el papa Francisco había concedido una suerte de “vacaciones indefinidas” a Gänswein para que pudiera retirarse de sus funciones y pasar más tiempo con el papa emérito, con quien vive en el Monasterio Ecclesiae, en los Jardines Vaticanos.

El portavoz de la oficina de prensa del Vaticano, Matteo Bruni, desmintió parcialmente esta información y aseguró que la ausencia del arzobispo en las últimas apariciones públicas del Pontífice se debía a una “ordinaria redistribución de los diversos compromisos y funciones de su labor como prefecto de la Casa Pontificia y secretario particular del Papa emérito”. Sin embargo, la Santa Sede no especificó cuáles serán a partir de ahora estas nuevas tareas ni confirmó si este cambio de funciones había sido una exigencia de Francisco.

Algunas hipótesis aseguran que la decisión responde al malestar suscitado en el Vaticano tras la publicación del libro ‘Desde lo profundo de nuestros corazones’. En el texto, el cardenal conservador Robert Sarah, prefecto para la Congregación del Culto Divino, arremete contra la posible apertura del Pontífice a la ordenación sacerdotal de hombres casados en zonas remotas de la Amazonía, siguiendo una de las recomendaciones aprobadas por los participantes en el Sínodo celebrado en octubre.

El libro, presentado en un primer momento como un trabajo escrito “a cuatro manos” por el purpurado africano y Benedicto XVI, fue interpretado como una injerencia sin precedentes del papa emérito en un asunto sobre el que el actual Pontífice deberá tomar una decisión en las próximas semanas. Y un grave error de su hombre de confianza, que no supo calcular las repercusiones que tendría un escrito del Pontífice alemán sobre la cuestión del celibato sacerdotal, a las puertas de la próxima Exhortación Apostólica de Francisco sobre la Amazonía.