En Sudamérica es Chile donde la iglesia católica ha resultado corrompida por un clero pederasta, y unos obispos cobardes que los amparaban para salvar el honor de la iglesia católica. El resultado no ha podido ser peor. De un Chile creyente se ha llegado, o está llegando, a un Chile descreído.

En Norteamérica, Pensilvania es, o era el Estado más católico de los Estados Unidos. Ahora ha bastado una investigación del fiscal jefe para sacar a la luz lo podrido, celosamente ocultado para no manchar el honor de la iglesia católica. Tanta mentira ocultada ha explotado como un intestino lleno de pus. Montones de curas pederastas (más de 300), y lo que es peor, una nación, oficialmente creyente, abarrotada de víctimas silenciosas y silenciadas para salvar el honor de la iglesia católica.

¿Esto es la Iglesia católica? Sí. Los fieles aceptan el Credo católico la comunidad está vinculada al Papa de Roma que preside desde el Vaticano. Por cierto ¿por qué no se solicita al fiscal jefe de Pensilvania que pase un tiempo en el Vaticano? Allí encontraríamos respuestas para hablar sobre Chile o Pensilvania. Antes, o simultáneamente, a estas naciones es urgente destapar la mierda oculta en el Vaticano. Desde muchísimos años o siglos, allí se oculta porquería por el honor de la Iglesia católica.

Pero de verdad ¿es esto la Iglesia católica?

Antes de ir madurando una respuesta digna, habrá que encuadrar a Chile y Pensilvania en una historia no menos dolorosa que la de naciones y que han sido coetáneas a las de ellas. ¿O alguien puede olvidar ya la historia de la muy católica Irlanda? Aquella Sinead O´Connor que en 1992 rompe ostentosamente la foto del papa Juan Pablo II. Irlanda estaba llena de pederastas. Todo bien o mal cubierto con ropas episcopales. Y el Polaco de avión en avión, triunfando como un emperador jefe de una Iglesia Católica. Se quiera o no, Sinead O`Connor fue un símbolo que abofeteó a un corrupto Vaticano.

Y el Fiscal jefe ¿no podría darse una vuelta por la católica España?

Está visto que cuanta más católica sea una nación, goza de más clero y sufre de más pederastas. Esta es una realidad histórica, perfectamente constatable, consecuencia de un enfoque inicial muy lejano: cuando Lucas fomentó en los inicios una iglesia fuerte y centralizada en Jerusalén. Así pretendió solucionar la inicial dispersión de multitud de iglesias independientes. La “Gran Iglesia” de Jerusalén saltó a Roma.

En Roma se fraguó la grandeza y la corrupción.

Como es lógico nos saltamos toda la historia. Ya en nuestros días, cuando llegó Ratzinger con el nombre de Benedicto su mayordomo le traicionó revelando papeles. El papa ordenó una investigación a fondo sobre la corrupción interna en el Vaticano. El cometido fue confiado a tres cardenales, Julio Herranz, Salvatore Di Giorgi y Jozef Tomko, que en su informe final documentaban la existencia de un lobby gay. En el Vaticano no era del todo desconocido aquel grupo de poder dentro de la Curia o gobierno central de la Iglesia católica

Tras retirarse, Ratzinger vivió unos meses en la villa papal de Castelgandolfo, a unos 20 kilómetros de Roma, donde el nuevo Papa fue a verle. Para la ocasión, las cámaras del centro televisivo vaticano (CTV) enfocaron largamente un fajo de papeles y una caja con documentos que Ratzinger entregó a Bergoglio durante el coloquio que mantuvieron. Del Vaticano se filtró que el informe ordenado por el papa dimitido se encontraba entre la documentación colocada visiblemente encima de la mesita que les separaba durante la conversación.

Poco después de ser elegido Papa, durante un vuelo hacia Río de Janeiro para las jornadas mundiales de la juventud, Bergoglio admitió que “se escribe mucho sobre el lobby gay del Vaticano, que le mostrase “un DNI gay”. “Dicen que los hay”, subrayó, explicando que los lobby “son malos”, pero que las personas gais son otra cosa. “Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarle?”. Agregó que “el problema es hacer lobby de una tendencia: lobby de avaros, de políticos, de masones; muchos lobby, este es el problema más grave, en mi opinión”.

Ernesto Simoni es un sacerdote católico albanés que pasó dieciocho años en prisión por su fe católica durante el régimen de Enver Hoxha y que fue creado cardenal por el papa Francisco el 9 de octubre de 2016.

El tercer mundo, el abandonado por el primer mundo, está lleno de creyentes católicos que dan su vida para que vivan un poco mejor y con esperanza.

Estudiando el dogma ni al son de Mozart ni del gregoriano podremos llegar a muchos pobres. Jesús está en el sagrario, sí. Y sobre todo en las heridas de los pobres y hambrientos. Ese es el “dogma” de Jesús. Habría que repetirlo en las catedrales, en las cátedras, en los conventos por muy de clausura sean

Luis Alemán Mur